Como ineludible metáfora de la caída de la propia Unión Soviética, así ha quedado el antiguo y famoso restaurante Moscú, en pleno corazón de la Rampa habanera.
Edificio que previamente había sido la cuna del flamante cabaret Montmartre, icónico club y cabaret nocturno de los años 40 y 50 en Cuba, que fue visitado por grandes estrellas del mundo del espectáculo como Edith Piaf, Cab Calloway o Nat King Cole. Tal fue la fama del Montmarte, que en 1947 Ava Gardner y Frank Sinatra degustaron una tarta nupcial de cortesía, mientras disfrutaban de su luna de miel en La Habana.
Sin embargo, a partir de 1959, en consonancia con los nuevos tiempos que se impusieron en Cuba, se convirtió el enorme edificio en el restaurante Moscú, especializado, por supuesto, en comida rusa.
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Un incendio ocurrido en algún momento de los años 80 selló la suerte del lugar, y allí ha quedado, sometido durante décadas al abandono y a la desidia institucional.
Convertido en espontánea ciudadela, en baño público y en fuente de mosquitos, ratones y todo tipo de vectores, los vecinos de los alrededores se quejan del creciente deterioro y de la falta de acciones para que una esquina tan céntrica del Vedado tenga mejor fortuna.
“Querían demolerlo para hacer un hotel, en esa bobería que siempre están”, destaca una vecina. Y remata otra: “¡Dicen ellos que van a hacer un hotel cinco estrellas!”.
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