La compra de pan por la libre ha vuelto a dejar una nueva escena que resume la escasez crónica que sufre la Isla y la crisis actual que enfrenta ante el déficit de harina de trigo.
En la panadería de 23 y 12 en el Vedado se registraron largas colas para comprar un alimento básico, que cuesta comprar porque su producción en el país es cada vez más pequeña.
No hay pan y cuando lo sacan se acumulan las personas que lo necesitan. Incluso en establecimientos Sylvain, donde venden en divisa, no hay de ningún tipo desde hace una semana.
"Ya vamos por seis (panaderías), a ver si llegamos", lamentó a Efe un hombre que aguardaba en la cola de una panadería en el municipio de Playa, tras haber recorrido sin éxito varios locales.
Otro recién llegado bromeaba "¿quién es el último para comprar el precioso material? Esto es oro molido".
Por su parte una mujer mostraba su enfado mientras se alejaba a bordo de un bicitaxi por las concurridas calles del barrio de Jesús María, en La Habana Vieja. "No, no hay pan", denunció.
Un desabastecimiento que se debe a la falta de harina, algo que ha ido afectando a la venta de pan liberado.
Uno de los trabajadores explicaba que hay establecimientos "que se han tirado días sin hacer pan", aunque precisaba que en la suya, por suerte, cada día habían recibido "un buchito" de harina que les había permitido mantener una mínima producción.
El pasado lunes la ministra de la Industria Alimentaria, Iris Quiñones Rojas, detalló en la Mesa Redonda que los "atrasos en el arribo de piezas y agregados de repuesto de los molinos de trigo" ha llevado a un déficit de harina que afecta a buena parte del país.
A finales del mes de noviembre Armando Posada Lóriga, presidente del grupo empresarial de la Industria Alimentaria, reconoció abiertamente la grave crisis que aqueja a la venta de pan liberado.
Durante su intervención detalló que era "la producción más deprimida". "Se deben 42 mil toneladas del plan productivo de harina de este año, y la estimación indica que se cerrará el 2018 con un déficit de 74 mil toneladas", alertó.
En las últimas horas el gobierno cubano aseguró, sin embargo, que se comenzó a producir la harina suficiente para garantizar el pan en varias provincias.
La otra víctima colateral han sido los pasteles y otros productos de repostería, que aunque son muy demandados todo el año lo son aún más en las fiestas de fin de año.
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