Desde la madrugada del pasado jueves, una nueva ceiba fue plantada en la entrada del emblemático lugar conocido como El Templete.
Ubicado en una de las esquinas que corona la Plaza de Armas, en lo que se considera el núcleo del nacimiento urbanístico de La Habana, El Templete y su ceiba son objeto de peregrinación desde tiempos inmemoriales.
Los antiguos parroquianos de la Villa de San Cristóbal de La Habana acudían cada 16 de noviembre al lugar, para "darle vueltas a la ceiba", lo que se convirtió con los años en una de las tradiciones más simbólicas de la ciudad.
Pero, la ceiba original fue removida por "enfermedad". En su lugar, se plantó una de 15 años traída desde el centro turístico de "Las Terrazas", en Pinar del Río.
Colocada el 16 de marzo de 2016, fue retirada unos pocos meses después porque no había logrado "fijarse" al suelo.
Varias teorías explican el por qué la "enfermedad de la primera", y la "muerte" de la segunda ceiba.
Intrusión salina, poco oxígeno, fuga de gas de una tubería y el acelerado proceso de siembra llevado a cabo previo a la inminente visita Barack Obama a la Isla, son algunas de las causas que los habaneros atribuyen a "la muerte" de la segunda ceiba.
No obstante, desde el jueves, una nueva ceiba cubana preside El Templete.
Extraída de una finca ubicada en la carretera Santiago de las Vegas-Managua, el árbol tiene apenas 8 años de edad.
No le faltó, antes de su llegada al actual sitio, la ruptura de una de sus ramas durante el trayecto - con el posterior "tratamiento médico"; unos rituales yorubas a los que fue sometida en aras de garantizar que este 2017, los devotos puedan peregrinar bajo una árbol floreciente y reverdecido.
La planta, según especialistas, debió ser colocada desde febrero "para cumplir con el plazo de recuperación que necesitaría con vistas a la celebración el próximo 16 de noviembre del aniversario 498 de la inauguración de la Villa San Cristóbal de La Habana."
Con información de Cubanet
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