Los mensajeros que reparten el gas licuado a domicilio en Ciego de Ávila, solo pueden comprar ahora cuatro balitas de gas cuando van al punto de venta. Si van a llevar más, deben hacer la cola de nuevo.
La medida se adoptó por las quejas de la población, que debían esperar demasiado tiempo en la fila si los mandaderos tenían muchos pedidos. En la ciudad existen seis establecimientos para la venta del gas de balita, que reciben diariamente la mercancía de Camagüey.
Según informó al periódico Invasor Cilayla Rosa Hernández Suárez, directora general de la Empresa Comercializadora de Combustible, más de 39.000 clientes de la capital provincial cocinan con gas licuado (liberado y normado), cifra que ha elevado el promedio de ventas por día.
“La demanda ha aumentado, por eso a veces no todos alcanzan cuando van a buscarlo”, admitió.
No obstante, la funcionaria desmintió un rumor que anunciaba un desabastecimiento del producto.
“No hay ningún problema con la venta liberada de este combustible y no se avizora ninguna dificultad”, aclaró.
Desde que en junio de 2017 el gobierno de Cuba anunciara la venta libre de gas licuado de petróleo en la mayoría de las provincias, han sido bastante las dificultades que lastran el suministro estable del producto.
En provincias como Holguín, problemas de la empresa transportista Transcupet, con una insuficiente flota de camiones, ha provocado la inestabilidad en la llegada de las llamadas “calabacitas”, por lo que cientos de vecinos se han visto obligados a hacer largas colas de espera.
También en Matanzas se han registrado quejas por la mala distribución, que implica puntos de venta donde muchos clientes no alcanzan a comprar el producto, y otros donde hay más cilindros llenos que vacíos.
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