Bilbao, 23 nov (EFE).- El expresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y principal opositor a Nicolás Maduro, Julio Borges, ha señalado hoy que con el caso venezolano el "interrogante" que tiene que hacerse América Latina como región es si va a permitir que se instale "en sus narices" una dictadura en el siglo XXI.
Borges ha participado esta mañana en un seminario sobre "América Latina entre el drama, el populismo y la esperanza", que, organizado por la Fundación Sabino Arana y el Partido Demócrata Europeo, ha abierto el presidente del PNV (Partido Nacionalista Vasco), Andoni Ortuzar, quien ha apostado por fortalecer la Unión Europea en favor del sistema de libertades y de la ciudadanía.
Por su parte, el político venezolano, refiriéndose al título del seminario, ha dicho que lo que ocurre en Venezuela "no es drama, sino tragedia" y no es populismo, sino "Estado fallido", ante lo cual "toca aferrarse a la esperanza para lograr un cambio".
A su juicio, el "reto" que se plantea es si América Latina va a permitir que se instale "una dictadura", una especie de "segunda Cuba", pero "con petróleo" y "gas", después de haber logrado a principios del siglo XXI el "sueño" de "una América Latina democrática", con las "excepciones" de Nicaragua, Cuba y Venezuela.
Borges ha expuesto algunos de los problemas que afectan a la región como la violencia creciente, la "polarización política" , la corrupción o las migraciones masivas.
Ha lamentado que de estas últimas Venezuela sea "protagonista", con el desplazamiento de más de 5 millones de personas en los últimos tiempos, según estimaciones de las que se ha hecho eco.
Según ha advertido, el caso venezolano puede adquirir tal magnitud que "puede resultar una amenaza a la gobernabilidad de los países de la región".
Borges también ha alertado de la penetración de China en América Latina más allá de lo económico: "Es un gigante silencioso", que "habla imperialmente a través del dinero" y que "quiere llegar para quedarse", ha dicho.
Antes que el político venezolano ha tomado la palabra el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, quien ha abogado por que, en el actual período "de turbulencias", Europa y América Latina fortalezcan sus instituciones y generen complicidades en favor de legitimar el sistema político y la democracia.
En un momento en el que las democracias que se creían consolidadas en Europa exhiben "fragilidades", ha afirmado que la supervivencia y el fortalecimiento de la Unión Europea "es vital para conservar y vigorizar" el sistema de libertades y ofrecer amparo y protección social a la ciudadanía.
Ortuzar, que ha considerado que es necesario un nuevo modelo de gobernanza interno y una mayor y "verdadera" soberanía europea, también se ha referido al "drama" migratorio y ha demandado una política común europea que controle los movimientos migratorios "desde los principios de la solidaridad y la responsabilidad democrática".
"La solución no pasa ni por muros europeos ni por la apertura total de fronteras, sino por un compromiso gradual e interno que permita conciliar el humanismo y la convivencia social", ha dicho Ortuzar, que ha abogado por aplicar políticas de cooperación e inversión que permitan a esas personas llevar "una vida digna" en sus países de origen.
El presidente del PNV ha alertado de que las corrientes migratorias vistas como una amenaza están alentando el populismo en Europa, ante lo cual la política "ha de reaccionar para paliar el temor" de los sectores más vulnerables con soluciones "viables y realistas".
Respecto a Latinoamérica, ha considerado que su situación invita "a un cierto optimismo general" ante el advenimiento de democracias "donde antes campaban dictaduras" y la "esperanza" de que en México la nueva era de gobierno de López Obrador afronte "con determinación los retos de la corrupción, la inseguridad, la pobreza y la desigualdad" en el país.
En la misma jornada han participado, entre otros, la diputada del Congreso de México y presidenta mundial de la Unión Interparlamentaria, Gabriela Cuevas; la eurodiputada del PNV, Izaskun Bilbao; y el presidente de la Fundación Sabino Arana, Juan Mari Atutxa.
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