El abrazo de una hija a su padre, como el de Mariela a Raúl Castro este fin de semana, es imposible para unos 8.000 profesionales cubanos que han sido desterrados del país durante al menos ocho años.
Ante la imagen viral de los Castro en la Asamblea Nacional, el colectivo No somos desertores –que aglutina a profesionales cubanos vetados en la Isla– han reclamado al gobierno de Cuba acabar con la "separación forzosa como medida aleccionadora".
En su página de Facebook comparten la historia de Manuel Hechavarria, quien trabajaba como chofer en la misión Barrio Adentro en Venezuela.
"El también decidió romper su contrato y optar por una vida en tierra venezolana y por ello el Gobierno de Cuba también lo sanciona con 8 años lejos de sus familiares", dicen con unas fotos donde se ve a este hombre junto a su hija.
Otro de los casos es el de un médico cubano Yorbis Cobas, quien decidió acogerse a la propuesta del presidente electo de Brasil Jair Bolsonaro. "Cobas brindó atención médica en Brasil como integrante del Programa Mais Médicos... y es tildado como traidor a la Patria". Él tampoco podrá ver a su familia los próximos ochos años. "Es el castigo que impone el Gobierno de Cuba".
"¡Somos cientos de miles de cubanos afectados directa o indirectamente por una medida inconstitucional e inhumana que año tras año asesta un golpe mortal a la unidad de la familia cubana!", dicen en su blog.
Según esta organización, a los 6.000 profesionales vetados en los últimos siete años en 2018 se han sumado unos 2.000 más. Este viernes respondieron al canciller cubano en Twitter que "la separación familiar" es "política de estado en Cuba".
Desde No somos desertores, se preguntan "¿quién vela por la familia cubana? ¿Quién lucha por ella? ¿Para quién es prioridad salvaguardar sus derechos en pos del interés nacional, por el bien del pueblo cubano?".
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