El gobernante Migue Díaz-Canel sigue defendiendo la idea de haber realizado la Marcha de las Antorchas a unas pocas horas después del paso del tornado por varios municipios de La Habana, que causó daños en más de 4.800 viviendas.
“Está demostrado (…) por qué no se podía renunciar a la Marcha de las Antorchas. Por qué a un gesto tan unitario y tan martiano no se podía renunciar; porque a nadie le puede quedar duda que la marcha encendió más los ánimos dispuestos a trabajar en la recuperación”, dijo en una Mesa Redonda especial dedicada a la rehabilitación de la ciudad.
Mientras miles de personas de los municipios de Regla, Guanabacoa y Diez de Octubre lloraban desconsolados la pérdida de todos sus bienes, y no pocos tenían que lamentar la muerte o gravedad de seres queridos, el mandatario cubano anunciaba el tradicional recorrido nocturno desde la Universidad de La Habana hasta la Fragua Martiana.
Tal decisión provocó una lluvia de críticas en las redes sociales. El actor Luis Alberto García expresó que a Martí le habría encantado que marcharan por las calles recogiendo escombros y dando colchones o mantas, y el humorista Marcos García sugirió que los recursos empleados en la caminata debieron destinarse a la reconstrucción de casas o la adquisición de alimentos.
No obstante, Díaz-Canel continuó justificando su disposición y en su cuenta en Twitter escribió que “Marchar por Martí es marchar por Cuba. También por las víctimas del tornado”.
La realidad es que muchos de los que asistieron fueron presionados por miembros de la Seguridad del Estado, que acudieron a las aulas universitarias para "convencer" a los alumnos de participar.
Tras el azote del tornado por la capital, casi 10.000 personas debieron ser evacuadas. Hasta el momento hay seis víctimas mortales y más de 190 heridos.
La falta de empatía con las víctimas fue criticada por muchos cubanos residentes en el exterior, y que desde el principio se movilizaron para enviar ayudas a los damnificados.
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