El gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, afirmó este miércoles en Twitter, con un tono triunfalista que va in crescendo en las últimas jornadas: “Con OEA y sin OEA la Constitución va” y añadió que irá “apoyada por la mayoría del pueblo cubano”.
La publicación de Díaz-Canel fue en apoyo de un tweet de la Viceministra de Relaciones Exteriores de Cuba, Ana Teresita Fernández, quien posteó que "La OEA y su Secretario General no tienen autoridad moral ni legal para organizar un nuevo espectáculo contra Cuba, en esta ocasión acerca del proyecto de reforma constitucional"; y sentenció ella también: "La constitución cubana va".
Ambas publicaciones revelan que la nueva Constitución cubana es inmune a las críticas de la Organización de Estados Americanos (OEA), un organismo con el que la Isla arrastra un largo historial de enfrentamientos, y que ayer martes calificó de ilegítimo el referendo constitucional del próximo 24 de febrero, y aseguró que esa medida solo sirve para "enmascarar" la "dictadura" ante la comunidad internacional.
El dictamen de Díaz-Canel de que "la Constitución va" se suma al polémico tweet del pasado lunes, cuando el mandatario cubano comenzó la semana con una publicación en la que ya daba por ganado el sí a la Constitución, sin tan siquiera haber sido votada. "En 15 días tendremos aprobada la Constitución que hicimos todos por el bien de todos", escribió.
Las reacciones llovieron y la indignación no se hizo esperar en las redes sociales, en una cascada de comentarios acompañados en su gran mayoría de los hashtags #YoVotoNo y #Ni1Mas.
Este miércoles tampoco han faltado las críticas, dentro de las que se incluye justamente una alusión al post en que ya daba por hecha la victoria constitucional. "Si de todos modos ya dijiste que está aprobada [...] Tú junto a tu comitiva de momias al poder demuestran el carácter antidemocrático de su robolucion", subrayó un internauta.
Otros cuestionan que “la gran mayoría” de los cubanos esté de acuerdo con la Constitución, tal como el gobernante pregona. En este sentido, se ha reparado en que hay más de dos millones y medio de cubanos que viven fuera de la Isla y que no pueden votar. A ello suma la cifra de simuladores y quienes tienen miedo. “No es un votación democrática”, concluye.
Otro repara con ironía en que Díaz-Canel aprendió bien de “los jefes” a no hacer caso nunca de la “comunidad internacional”.
"La llamada Ley Electoral en Cuba no solo viola en letra las normas básicas de una democracia, también es violada en la práctica dada la infinita necesidad del régimen de imponer su voluntad. El castrismo juega ambos papeles, juez y parte", sentencia otro.
"Qué miedo tienen que alguien los observe y vean los fraudes que cometen en todo tipo de elecciones en cuba", destaca otro.
Cuando restan 11 días para el referendo al que están convocados más de ocho millones de cubanos para decidir el futuro de la Constitución, Díaz-Canel no cede ni un ápice en su discurso triunfalista, pero tampoco se callan quienes insisten en el carácter antidemocrático del proceso, y llaman a no seguirle el juego al Gobierno a la Isla.
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