El documental Panamá Radio, dirigido y escrito por Edgar Soberón Torchia, recoge el testimonio de dos amigas que trabajaron en una famosa tienda de música, en los años sesenta al ochenta, y ellas recuerdan su juventud, cuando vivieron rodeadas por la música y las estrellas que visitaban la tienda.
Además de reconstruir un momento importante en la historia de la ciudad capital de Panamá, el documental rinde tributo a grandes músicos, a una época, al protagonismo de las mujeres en la vida cultural, y a la efervescencia artístico-musical de hace cuarenta o cincuenta años.
La tienda conocida como Panama Radio se convirtió en un modelo de industria musical pues no sólo vendía discos sino que los produjo, sirvió de escenario para el encuentro de los artistas con sus fans, distribuyó discos y fue punto de encuentro con famosos de la farándula entre los cuales estuvieron Cheo Feliciano, Tito Puente, Julio Iglesias, Marco Antonio Muñiz, José José, Leonardo Favio, Fania All Stars..., y las tres mayores estrella cubanas de la época La Lupe, Celia Cruz y Olga Guillot, cuyas fotografías muestra el documental.
La presencia arrolladora de La Lupe es recordada en el documental, en una de las varias anécdotas divertidas que cuenta el documental, en tanto la cantante, recién exiliada de Cuba, y de gira entre Estados Unidos y varios países de América Latina, fue a Panamá Radio, en su época de gloria, y allí cantó una de sus canciones más populares en aquel momento.
En el documental nadie parece recordar con exactitud cuál fue la canción que cantó La Lupe mientras se subía a un mostrador, haciendo gala del explosivo temperamento que la caracterizaba. Según cuenta el realizador de Panamá Radio, luego de la premiere del documental se le acercó alguien que estaba presente, en la improvisada actuación de La Lupe, le aseguró que se trataba de La gran tirana, aquella que empieza con la frase “según tu punto de vista, yo soy la mala…”
Al igual que en Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela, La Lupe era considerada en Panamá la gran estrella de la música cubana, incluso por delante de Celia Cruz y Olga Guillot. Son muy recordadas todavía hoy sus actuaciones en televisión y en clubes nocturnos de la ciudad. A esta época de gloria pertenecen los discos Reina de la canción latina y La Lupe es la reina, de 1968 y 1969 respectivamente.
Edgar Soberón Torchia está fuertemente vinculado a la cultura cubana desde su infancia, cuando disfrutaba la música de grandes artistas cubanos como La Lupe, y luego trabajó durante largos años en Cuba, específicamente en la Escuela Internacional de Cine y TV, de San Antonio de los Baños. Ha participado en numerosas producciones como guionista, es autor teatral y promotor cultural. Ha sido uno de los motores impulsores del cine nacional.
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