Lo que ha sido una tradición y parte del patrimonio y la historia de La Habana como ciudad, ahora se ha convertido en un negocio.
La emblemática Bodeguita del Medio de la Habana Vieja, que ha sido por años el lugar donde han confluido famosos, turistas y todo tipo de personas, y que era atractivo además por sus singulares paredes llenas de firmas de los visitantes, ahora es el lugar que muchos aprovechan para hacer dinero, más allá de los tragos y las ofertas que tienen.
En un reporte publicado por CubaNet, se informa que la nueva práctica de muchos jóvenes es abordar a los turistas que pasean por el lugar, ofreciéndoles bolígrafos o plumones al precio de 1 CUC, para que dejen estampadas sus firmas en el sitio.
Según el citado medio, los adolescentes que se están dedicando a esto les dicen a los turistas que el dinero recopilado "será destinado a la compra de libretas y lápices para los niños de La Habana Vieja".
El reporte sostiene que esto está sucediendo "ante los ojos de la policía y los agentes de la Seguridad del Estado que laboran en La Bodeguita. Ninguno se pronuncia contra esta nueva forma de acoso al turismo, que además incentiva en los adolescentes el hábito de engañar para ganar dinero".
La Bodeguita del Medio ha ganado tanta fama entre los visitantes que incluso en otros lugares del mundo hay réplicas de esta, también con las paredes llenas de firmas de quienes llegan.
En la de La Habana -creada en 1949- aún hay firmas de personajes como Errol Flynn o Salvador Allende. También la visitaron Gabriela Mistral, Agustín Lara, Pablo Neruda, Ernest Hemingway, Nicolás Guillén o Carlos Mastronardi.
Además de ese atractivo, La Bodeguita del Medio llama la atención por sus ofertas gastronómicas típicas cubanas, como arroz moro, yuca con mojo, masa de puerco, chicharrones de cerdo y plátanos maduros o tostones. Además del muy aclamado mojito, al cual Hemingway era un fanático.
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