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Cuba se coló este lunes en el debate entre los cinco aspirantes al Gobierno de España con motivo de la próxima visita de los Reyes a la isla, que sigue siendo un tema de política doméstica para los principales partidos y un asunto de familia para muchos españoles.
El presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez, intentó justificar el viaje de Felipe VI a Cuba en la celebración del 500 cumpleaños de La Habana y siguió instalado en el cinismo al decir que los socialistas obreros españoles están con el pueblo y no con la dictadura cubana; desliz que fue replicado por PP, Ciudadanos y Vox y omitido por Unidas Podemos (UP).
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¿Cómo es posible afirmar que la visita real obedece a la celebración del medio milenio de una ciudad fundada por el imperio español en el Caribe, si los Reyes no van a estar en el día grande para no coincidir con Vladimir Putin, Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Evo Morales, que ahora es duda por el pucherazo que ha incendiado Bolivia?
¿Cómo es posible afirmar que la visita real obedece a la celebración del medio milenio de una ciudad fundada por el imperio español en el Caribe, si los Reyes no van a estar en el día grande para no coincidir con Vladimir Putin, Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Evo Morales, que ahora es duda por el pucherazo que ha incendiado Bolivia?
El PSOE, Moncloa y sus terminales mediáticas, que son abundantes y al servicio del poder por la crisis estructural que padecen los medios de comunicación, no cejarán en su empeño de defender la tesis posmoderna del “diálogo crítico” con Cuba.
¿Con qué Cuba se dialoga?¿Exigirá Madrid la liberación de José Daniel Ferrer y el resto de presos políticos cubanos antes de que el avión real aterrice en La Habana? ¿Se prestará Pedro Sánchez a otro éxodo masivo de rehenes de la dictadura, como el que organizó Rodríguez Zapatero con los presos de la Primavera Negra cubana?
¿Exigirá Madrid la liberación de José Daniel Ferrer y el resto de presos políticos cubanos antes de que el avión real aterrice en La Habana?
Las incógnitas españolas con respecto a Cuba radican en Ciudadanos y Vox, que aún no han gobernado y han sido diáfanos críticos de la dictadura cubana, aunque ya sabemos que una cosa es con guitarra y otra con violín, y que La Habana es experta en resucitar a Elpidio Valdés y mandarlo a vivir a Baraguá.
Rocío Monasterio, dirigente de Vox e hija de padre cubano, se precipitó en sus comienzos diciendo que todo cubano que se sintiera español podría venirse a España. Un pecadillo de bisoñez política, pero que la casta verde oliva podría aprovechar –si llegara el caso– para provocar otro éxodo masivo, como Mariel (1980) y Balseros (1994), sobre todo en la actual coyuntura, cuando la economía comunista ha sido dolarizada por decreto para salvar la revolución, o sea, para salvar a la casta verde oliva.
Los cubanos que desean vivir en democracia y prosperidad deben rebajar sus expectativas sobre los apoyos que puedan recibir de España y Europa porque mientras Donald Trump viva en la Casa Blanca, van a usar a la isla como contrapeso en la balanza geopolítica mundial, aunque sepan que el pueblo de la isla sufre desnutrición, enfermedades, educación mala, exilio, inxilio y represión.
Los cubanos que desean vivir en democracia y prosperidad deben rebajar sus expectativas sobre los apoyos que puedan recibir de España y Europa
Europa, que aisló política y económicamente al franquismo, no ha tenido escrúpulos en cabildear con los Castros y sus herederos, como hacen Francia y España ahora mismo. Habría que preguntar a socialistas y comunistas represaliados por Franco cómo se habrían sentido si la Suecia de Olof Palme hubiera decretado tres días de duelo oficial por la muerte del caudillo, como hizo Fidel Castro Ruz.
Sectores moderados del PSOE y buena parte de la sociedad española, consideran inconveniente el viaje de los Reyes de España a Cuba, pero ya están acostumbrados al voluntarismo de Sánchez, empeñado en un gesto que ha generado incomodidad en Zarzuela, decepción en el exilio e inxilio cubanos, y contentura en el Palacio de la Revolución.
Pero tampoco hay que rasgarse las vestiduras excesivamente por los habituales devaneos españoles con la dictadura castrista, el 10 de noviembre no faltarán cubano-españoles que, en el ejercicio de su derecho democrático, votarán al PSOE, y los más convencidos correrán a la calle Ferraz a hacerse selfies progresistas. ¡Qué guay!
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