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En declaraciones a la televisión cubana el teniente coronel Mario Ríos Labrada, jefe del departamento nacional de registro de vehículos de la Dirección Nacional de Tránsito, aclaró algunas dudas sobre el proceso de inscripción de vehículos ciclomotores en Cuba para su regularización, que comienza el próximo 25 de noviembre y se extiende hasta el 29 de febrero de 2020, sin alcanzar el mes de mayo como se había anunciado.
La medida responde a una resolución publicada en la Gaceta Oficial, que establece que los ciclomotores eléctricos en Cuba, también conocidos como motorinas, deben ser inscritos legalmente en las Unidades Territoriales de Trámites habilitadas al efecto, de acuerdo con la dirección de su domicilio, durante las fechas previstas.
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Ríos Labrada precisó que la ley define que todo vehículo ciclomotor es aquel de al menos 2 ruedas, cuya velocidad es de 50 km/h y el motor de combustión interna no supera los 49 cc, mientras que si es eléctrico no supera los 1000 W. Se autorizaba importar ciclomotores eléctricos, no de combustión interna, que no excedieran los 50km/h.
Las autoridades decidieron inscribir los de combustión interna de 49 cc, con un margen de dudas de hasta 60 cc, pues la persona que lo adquirió pudo haber tenido incertidumbre sobre esa característica. El rango de dudas para los eléctricos será de hasta 1500 W.
Este hecho ha traído inconformidades entre los propietarios de ciclomotores en la Isla, debido a que la mayoría de los que circulan hoy por las calles están entre los 100cc y los 150cc.
Hay 4 etapas en el cronograma en el que todos los que apliquen deberán presentar un buen estado técnico. De no ser así, tendrían un plazo que les permita hacer reparaciones.
Acerca de las modificaciones hechas a bicicletas comunes a las que se le instala un motor, el teniente coronel señaló que se prohíben estas transformaciones, en correspondencia con el artículo 229 de la Ley 109 del código de seguridad vial, la cual no permite la construcción de vehículos de motor.
“Usted no puede tomar una bicicleta y ponerle un motor, porque está construyendo un vehículo y eso no está permitido. Por tanto ellos tampoco se van a inscribir”, indicó.
Las carriolas o las patinetas son vistas por la ley como artículos de recreación y no pueden circular por las calles, sino en áreas específicas para esos fines, que ofrezcan un ambiente de seguridad.
Algunas personas expresaron en el programa televisivo “Buenos Días” sus inquietudes respecto a la inscripción de ciclomotores. En algún caso explicaron que sus vehículos no aparecían registrados en la Aduana a su nombre, pues figuraban a nombre de alguien que los había entrado al país y luego los vendió.
Otro ciudadano expresó su preocupación si se producía un robo, ya que en el registro solo había constancia de la marca del ciclomotor y el color del mismo, en lugar del número de serie, lo cual podría generar confusiones.
Un entrevistado también sugirió que en las nuevas tiendas en moneda libremente convertible, donde pueden comprarse estos vehículos, se planteara una venta con todos los documentos, matrícula y circulación ya incluidos, de modo que ahorrara trámites posteriores.
En este sentido el teniente coronel dijo que no era posible, puesto que en estos mercados se adquieren los ciclomotores desarmados, además se deben someter a inspección técnica y recogida de datos, ademas de introducirlo en un sistema que pertenece a la oficina correspondiente.
En lo referente a los robos, el oficial pidió a los propietarios de ciclomotores que personalmente se ocupará de anotar la información que aparece en algún recuadro del vehículo, de manera que pudieran aportarlos a la hora de hacer una denuncia. Ríos Labrada explicó que mientras se hagan las inscripciones, se comprobará los números en la base de datos de la policía, por si figura alguno como sustraído.
A CiberCuba llegó también la inquietud de una doctora cubana, quien dijo que después de más de cinco años circulando con normalidad y entrando de manera ilegal gracias a la corrupción aduanera, ahora las autoridades piensan reconocer solamente a los ciclomotores que no pasan de 60cc.
La profesional sanitaria califica esta decisión de “injusticia” y “descaro”. “¿Cómo no sancionaron a ninguno de los trabajadores de aduana que incurrieron en el hecho? Ninguno de esos ciclomotores entró por el aire. Claro, es más fácil quitarle al pueblo lo poco que con su sacrificio ha logrado”, denunció.
“Yo misma trabajo en un municipio alejado de mi domicilio y he logrado sobrellevar esta crisis con el transporte y los precios gracias a mi ciclomotor el cual tengo hace 5 años y que lo compré gracias a la ayuda de mis familiares porque mi salario no me lo habría permitido”, relató.
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