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El Héroe de la República de Cuba y General de División Efigenio Ameijeiras Delgado (Central Chaparra, Puerto Padre, 1931) falleció este domingo en La Habana, según confirmaron a CiberCuba fuentes cercanas a la familia.
El deceso de Ameijeiras no se dio a conocer en los medios oficiales hasta poco después del mediodía de este lunes, cuando ya la noticia se había difundido en CiberCuba y otros medios digitales en el exterior. La nota oficial publicada en el diario Granma confirmó su muerte a causa de un shock séptico.
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Ameijeiras será recordado como uno de los revolucionarios cubanos más valerosos, siempre vigilado de cerca por la Contrainteligencia castrista, y al que el enjuiciamiento y posterior fusilamiento de Arnaldo Ochoa Sánchez sacó -temporalmente- del anonimato.
Algunos compañeros hablan de los méritos, dijo Raúl Castro Ruz aquel 14 de junio de 1989, para inmediatamente agregar, pero aquí hay muchos compañeros con tantos méritos como Ochoa, como el comandante Efigenio Ameijeiras, gritó señalando hacia donde estaba sentado el legendario revolucionario, en la presidencia por un aniversario de la fundación del Ejército Occidental.
El teatro se vino abajo en aplausos, quizá sin percatarse de que estaban asistiendo al primer acto de la tragedia saturniana que dio al traste con los restos de una revolución que había transitado de la rebeldía juvenil antisistémica a una finquita privada que protegía con celo a Fidel y Raúl Castro, pero donde el resto de los cowboys eran secundarios.
Efigenio Ameijeiras, junto a sus hermanos "Machaco" y "Mel", muertos en un enfrentamiento con la policía batistiana y tras el ataque al Cuartel Moncada, respectivamente, dieron muestras de su valor personal en innumerables ocasiones; de ahí que Fidel Castro lo designara para acompañar a Juan Almeida Bosque en la captura del "traidor" Eutimio Guerra, que fue posteriormente fusilado en la Sierra Maestra.
Tras desembarcar en el Granma, sobrevivir a Alegría de Pío y llegar a la Sierra Maestra como integrante del grupo fundador del Ejército Rebelde, Ameijeiras se incorporó al II Frente Oriental Frank País a las órdenes de Raúl Castro, alcanzando el grado de Comandante.
En 1958 figuró entre los fundadores del Segundo Frente Oriental “Frank País”, donde fungió como segundo al mando y jefe de la Columna No. 6 “Juan Manuel Ameijeiras Delgado”. Su desempeño le valieron para ser ascendido al grado de Comandante ese año.
Al triunfo de la revolución fue designado jefe de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), donde destacó por su enfrentamiento a la delincuencia y en los combates de Playa Girón, aunque poco después fue cesado por "dulce vida", como llamaron entonces los castristas a la afición de compañeros y amigos por las buenas mujeres, casas y carros, entre otras fruslerías.
De aquellos años se cuenta en el imaginario revolucionario habanero que un presunto delincuente de la zona del Canal del Cerro había conminado a Ameijeiras a dispararle en los testículos y que el entonces jefe policial habría disparado en la zona indicada por quien se resistía a ser detenido.
En octubre de 1963, en medio de los embates del ciclón Flora, de triste recordación en la provincia de Oriente, Efigenio Ameijeiras viajó hasta Argelia al frente de una tropa de 686 militares cubanos, que respondían a una petición de ayuda del gobierno de Ahmed Ben Bella.
Estuvo también destacado en la llamada "limpia del Escambray", el enfrentamiento entre fuerzas gubernamentales y las tropas de alzados en la zona montañosa del centro de la isla.
Tras su regreso a Cuba fue encargado de dirigir las obras de transformación de los cimientos de un edificio pensado originalmente para sede del Banco Nacional en hospital, trabajos que duraron varios años y que el comandante Ameijeiras combinó con la escritura de varios libros.
En Angola, adonde llegó con el grado de coronel, todos sus compañeros y subordinados, incluidos generales, lo trataban de Comandante y con la deferencia lógica hacia un histórico de la revolución, recuerda un controlador aéreo destacado en Luanda y que presenció el respeto y consideración con que jefes y oficiales trataban a Ameijeiras.
Sabiéndose siempre vigilado, suerte que compartió con Pepito Cuza, Alvaro Prendes y Arnaldo Ochoa, entre otros, asumió su bajo perfil y permaneció sin apenas actividad pública hasta que Raúl Castro lo sacó del anonimato, cuando ya era un desconocido para los jóvenes cubanos, lo ascendió a General de División y fue condecorado como Héroe de la República de Cuba.
En septiembre de 2010 vivió uno de los trances más amargos de su vida con el suicidio de su hija mayor Diana Ameijeiras Masaira, a los 49 años, lanzándose de un céntrico edificio del barrio habanero de Nuevo Vedado. Desde hace algunos años, el combatiente padecía Alzheimer, según testimonio de amigos y compañeros.
Con la muerte de Ameijeiras desaparece el último de la saga de una familia valiente, formada por el pontevedrés Manuel Ameijeiras Fontelo y la matancera María de las Angustias Delgado Romo, quienes desde Las Tunas se trasladaron primero a Santa Clara y luego a La Habana, donde una mayoría de jóvenes y niños, al conocer la muerte del legendario vigilado, dirán: "Ah, como el hospital".
Cumpliendo una voluntad personal, su cadáver fue cremado y sus cenizas serán expuestas este martes 11 de febrero, entre la 1 p.m. y las 5 p.m., en el Panteón de los Veteranos de la Necrópolis de Colón, donde se le realizarán las honras fúnebres.
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