Régimen afirma que mayoría de cubanos apoyan a la "revolución", según estudio sociológico del PCC

La desconexión entre el discurso oficial y la realidad vivida por los cubanos subraya la perversión de un modelo que prioriza la propaganda sobre las soluciones concretas a los problemas que enfrenta el país.

Miguel Díaz-Canel durante la clausura del X Pleno del Partido Comunista © X / @PresidenciaCuba
Miguel Díaz-Canel durante la clausura del X Pleno del Partido Comunista Foto © X / @PresidenciaCuba

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El régimen cubano anunció los resultados de un estudio realizado por el Centro de Estudios Sociopolíticos y de Opinión (CESPO), que asegura que la mayoría de los cubanos apoyan a la llamada “revolución” y sus dirigentes.

Las conclusiones fueron presentadas durante el debate del informe de rendición de cuenta del Buró Político al IX Pleno del Partido Comunista de Cuba (PCC), por el secretario de, Roberto Morales Ojeda.


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Según el informe, la población mantiene orgullo nacional y reconoce como referentes al dictador Fidel Castro y al general Raúl Castro, a pesar de que el proyecto sociopolítico construido por ambos durante más de 60 años -mediante una dominación violenta y excluyente- ha condenado a la nación a un sinfín de carencias materiales y espirituales, y dificultades económicas que ahogan a los ciudadanos.

Acorde al órgano de prensa del PCC, el estudio enfatizó que, a pesar de las insatisfacciones relacionadas con los altos precios, problemas de transporte, alimentación y vivienda, la población se muestra mayoritariamente favorable a las políticas del régimen.

Esta supuesta adhesión mayoritaria contrasta con los resultados de una encuesta realizada a mediados de octubre por CiberCuba en la plataforma Telegram con la intención de conocer la opinión de los cubanos sobre la gestión del gobernante Miguel Díaz-Canel, y cuyos resultados fueron demoledores (un 95% de los cubanos desaprobó su mandato y un 77% consideraron su labor como "peor imposible").

El enfoque oficial contrasta con la realidad de crisis sistémica que enfrenta Cuba, resultado de desastrosas políticas económicas implementadas por el gobierno de Díaz-Canel y su “continuidad” de un sistema totalitario que reprime la disidencia, la libertad de expresión y el derecho a la participación política real, propia de sistemas democráticos.

Llevada al límite por la ineptitud y el desprecio manifiesto de los dirigentes del régimen hacia los ciudadanos, la sociedad cubana actual sufre los efectos de la inflación, el empobrecimiento, el desabastecimiento generalizado, la desigualdad, la injusticia y el deterioro de los servicios públicos, mientras es vox populi el enriquecimiento, la corrupción y la captura del Estado por parte de una élite mafiosa.

Una vez más, el PCC y su ente de “estudios sociopolíticos y de opinión” utilizan los medios de prensa oficialistas (únicos legales del país) para difundir su caduca retórica propagandística y mantener el adoctrinamiento sobre la población, pretendiendo que la llamada “revolución” y su actual liderazgo mantienen la legitimidad otorgada por el apoyo de “las masas”.

Investigadores y directivos del CESPO. Facebook / PCC

La metodología del estudio: Herramienta de control ideológico

Dirigido en la actualidad por Rosario del Pilar Pentón Díaz, el CESPO fue creado en septiembre de 1967 como instrumento del Partido Comunista para conocer las opiniones de la población y lleva décadas recopilando datos bajo un esquema metodológico diseñado para consolidar el control ideológico del régimen.

En teoría, el estudio se basa en cuestionarios y entrevistas grupales que buscan medir variables como estado de ánimo, percepciones sobre el sistema político y expectativas futuras. Sin embargo, los resultados parecen diseñados para reforzar el discurso oficial en lugar de reflejar las inquietudes reales de la ciudadanía.

La propuesta metodológica plantea un análisis "científico" del clima sociopolítico, pero está orientada a garantizar que los resultados sirvan como herramienta de dirección política. Esto se refleja en las conclusiones del informe, que destacan la "adhesión mayoritaria" al sistema socialista a pesar de las evidentes tensiones económicas y sociales que afectan al país.

Un retrato de la propaganda en un contexto de crisis

El anuncio del estudio ocurre en un contexto marcado por una grave crisis económica y social. La inflación descontrolada, el colapso de los servicios básicos y la emigración masiva han erosionado la confianza en las instituciones del régimen.

Sin embargo, el CESPO utiliza los resultados del estudio para validar el modelo político y justificar las políticas del gobierno de Díaz-Canel, argumentando que las dificultades son producto de "la propaganda enemiga" y no de fallos estructurales del sistema.

Además, el informe insiste en destacar el papel de la ideología en la consolidación del poder. En 2017, la entonces subdirectora científica del CESPO, Marcela González Pérez, reconocía a Trabajadores que estas investigaciones son clave para "fortalecer los vínculos con el Partido y la juventud", reflejando el uso del estudio sociológico como un mecanismo para perpetuar la hegemonía ideológica.

Una realidad que contradice los resultados

En contraste con las conclusiones del estudio, la realidad diaria de los cubanos está marcada por la precariedad. Las largas filas para conseguir alimentos, los frecuentes apagones y la falta de medicamentos han generado un clima de frustración y desesperanza.

La emigración masiva, con cifras récord en los últimos años, es otro indicador del descontento de la población, que busca escapar de un sistema que no garantiza oportunidades ni calidad de vida.

Por tanto, el estudio presentado por el CESPO se percibe más como una herramienta propagandística que como un análisis objetivo de la realidad sociopolítica del país. Aunque el régimen insiste en que la pretendida “revolución” cuenta con el apoyo de la mayoría, las evidencias apuntan a una desconexión entre la narrativa oficial y la experiencia diaria de los ciudadanos.

El informe del CESPO sobre el clima sociopolítico en Cuba pone en evidencia cómo el régimen utiliza la investigación sociológica como un instrumento para perpetuar el control ideológico.

Aunque presenta un panorama de apoyo mayoritario al régimen, sus conclusiones están claramente diseñadas para justificar la legitimidad del sistema político en medio de una crisis sin precedentes.

La desconexión entre el discurso oficial y la realidad vivida por los cubanos subraya las limitaciones de un modelo que prioriza la propaganda sobre las soluciones concretas a los problemas que enfrenta el país.

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