El Ministerio de Agricultura de Cuba ha notificado al campesino Osniel Fernández Verdecia, que la mayor parte de la finca La Chela, de Nueva Gerona (Isla de la Juventud), que fue de su abuelo y de su padre desde antes de 1959, pasa ahora a ser patrimonio del Estado, en aplicación del decreto ley 125/91, que regula el Régimen de posesión, propiedad y herencia de la tierra y bienes agropecuarios.
El Gobierno cubano se queda, además, con el ganado (tres terneros, dos vacas y un caballo) que Osniel Fernández ha criado en sus potreros porque el director de la cooperativa con la que colaboraba asegura que no cultivaba la tierra de "manera permanente" y tenía los animales descuidados. "A eso yo le llamo robo", asegura Osniel Fernández a CiberCuba.
"Estoy desesperado. Esto es lo único que tengo para mantener a mis dos hijos, de 12 y 5 años. Este problema me tiene muy mal. Estoy vuelto loco con todo esto y no sé qué hacer. Apenas como ni puedo dormir. Esta finca es mi vida", confiesa a este portal.
En la notificación de la expropiación, a la que ha tenido acceso CiberCuba, el Gobierno resuelve "traspasar al Estado cubano la proporción que le correspondía" a Osniel Fernández (10 hectáreas) de la finca La Chela, que comparte con un tío al que sí le han respetado las 3 hectáreas que había conseguido de herencia. Además, el Estado se queda con las reses y con la casa familiar que había heredado la viuda del padre. No obstante, ella podrá permanecer en la vivienda hasta que encuentre un lugar donde vivir.
Para llegar a la expropiación el Estado cubano se ampara en las declaraciones del responsable de la cooperativa Ramón López Peñas, que aseguró a funcionarios del Ministerio de Agricultura que Osniel Fernández no había trabajado esas tierras "de forma permanente y estable". Esta persona ratificó además que Osniel nunca había contratado producciones con la cooperativa debido a que está en litigios por la propiedad de esas tierras desde que murió su padre en 2018. También denunció que en La Chela no hay pasto sembrado para los animales y que estos se encuentran en estado crítico.
Un litigio que viene del año 2017
El padre de Osniel Fernández acudió al Ministerio de Agricultura en 2017 porque intentaron quitarle la finca. Él no tenía los documentos de propiedad porque nunca le había hecho falta demostrar que era suya. Nació ahí y esas tierras las tenía su padre desde antes de 1959 hasta que falleció en 1968. Los papeles se extraviaron, pero la finca La Chela consta como registrada desde la Reforma Agraria.
En 2018 la cosa se complicó cuando falleció el padre de Osniel y un hermano de éste y la viuda reclamaron la propiedad. La resolución del Ministerio de Agricultura fue repartir la herencia a razón de 10 hectáreas para Osniel, que en ese momento figuraba como administrador único de La Chela porque trabajó las tierras desde siempre con su padre, tres hectáreas para el tío de éste y la vivienda que está en la finca para la viuda de su padre.
Osniel Fernández no quedó satisfecho con el reparto y recurrió la decisión porque el único que hasta esa fecha se ocupaba de la finca era él y el decreto ley 125/91 es claro al respecto.
El artículo 18 del decreto 125/91, firmado por Fidel Castro, marca las condiciones en las que se pueden heredar las tierras que hayan pertenecido a un pequeño agricultor fallecido en Cuba. Éstas pueden ser adjudicadas a partes iguales a hijos, padres, hermanos y cónyuges, siempre que éstos las hayan trabajado en los últimos cinco años anteriores a la muerte del propietario.
En cualquier caso, el Ministerio de Agricultura tiene potestad para variar la proporción del reparto de las tierras entre los herederos en dependencia de "la forma en la que se haya explotado la unidad de producción".
Para su sorpresa, la semana pasada el Ministerio de Agricultura le notificó que su tío mantendrá la propiedad de 3 hectáreas, pero él perderá las diez suyas y la viuda de su padre tendrá que abandonar la vivienda familiar.
La resolución, a la que ha tenido acceso CiberCuba, y que va firmada por el ministro Gustavo Rodríguez Rollero, es firme, pero abre la puerta a ser recurrida dentro de un año.
Las tierras del abuelo y el padre de Osniel
La Finca La Chela, que el Estado cubano le quita al campesino Osniel Fernández, fueron de su abuelo y está ubicada en la calle 39 de Nueva Gerona, frente al combinado de cítricos, que es ahora la Agroindustrial, en la Isla de la Juventud.
En ellas Osniel cría reses, elabora carbón y tiene sembrados yuca, boniato, plátanos y árboles frutales.
Este campesino asegura que ha cultivado toda la vida las tierras que le decomisa el Estado cubano y ha trabajado con la cooperativa agropecuaria Ramón López Peña en los últimos ocho años.
Para probarlo, muestra su carnet de la ANAP (Asociación Nacional de Agricultores Pequeños).
Y también echa mano de justificantes que conserva y que demuestran que ha pagado las cuotas de la ANAP desde el año 2012-2013.
Osniel Fernández Verdecia ha conseguido reunir algunas facturas de la venta de productos a la cooperativa Ramón López Peña, a la que ha vendido, entre otros, reses criadas en la finca de su padre.
Fidel Castro dictó la primera Ley de Reforma Agraria el 17 de mayo de 1959 con el pretexto de que serviría para proteger a los campesinos, que tenían que vivir en mitad del camino real y eran acosados por la guardia rural.
La ley sirvió para confiscar las propiedades de más de 400 hectáreas. El 80% de los terrenos que se incautó el Gobierno pertenecía a compañías de Estados Unidos.
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