Los residentes en el parque de casas móviles Lil' Abner de Sweetwater continúan angustiados ante la orden de desalojo que pesa sobre ellos y buscan por todos los medios llegar a un acuerdo satisfactorio con los propietarios del recinto.
Un video compartido en Tiktok por el usuario Alejandro González Páez mostró un fragmento de la reunión sostenida este viernes en la noche por un grupo de vecinos del parque de casas móviles en el que se escuchó decir a una mujer que, por el momento, los afectados no contaban con representación de abogados.
“No tenemos abogado ahora mismo”, dijo la mujer a los congregados. Según González Páez, “los residentes de esta comunidad todavía siguen con las esperanzas puestas en el corazón de los dueños de la propiedad”.
“Me dicen que el dueño es un señor llamado Raúl, algo así… de origen cubano también”, explicó el influencer cuyo canal de Tiktok tiene casi 12,000 seguidores y se anuncia como una plataforma que “conecta cubanos”.
Al parecer, los afectados mantienen su exigencia de recibir una compensación de 50,000 dólares por familia, lo cual significaría para los propietarios una compensación cercana a los 45 millones de dólares, teniendo en cuenta que unas 900 familias están llamadas a abandonar el recinto.
Además, piden un plazo de 6 meses de mora para poder desalojar sus casas, período en el cual no pagarían la renta por los terrenos donde tienen asentadas sus casas móviles.
Los residentes del parque de casas móviles Lil' Abner, en Sweetwater, se enfrentan a una situación crítica ante la inminente orden de desalojo.
En los últimos días, varias protestas y reuniones han evidenciado la preocupación de las cerca de 900 familias afectadas, quienes exigen una compensación de 50,000 dólares por familia y un plazo de seis meses sin pagar renta antes de abandonar el lugar, como reportaron los propios vecinos en múltiples declaraciones.
La crisis en este parque de casas móviles ha generado un fuerte debate sobre el valor de los terrenos en Sweetwater y la presión inmobiliaria en la zona. La comunidad cuestiona si los terrenos son tan valiosos como para justificar un desalojo masivo de esta magnitud, mientras algunos residentes expresan sentirse desprotegidos por la falta de representación legal. Las protestas han continuado durante días, como parte de un esfuerzo para visibilizar su situación.
En medio de estas tensiones, algunos líderes comunitarios, como una residente cubana afectada por el desalojo, han elevado su voz para exigir justicia. Ella explicó que su familia no puede permitirse reubicarse sin recibir una compensación adecuada. Este relato, junto con otros similares, ha resaltado la urgencia de alcanzar una solución justa para los afectados.
Finalmente, el caso sigue en desarrollo, mientras los vecinos apelan a la "buena voluntad" del propietario, quien, según indicaron, es también de origen cubano. Este conflicto refleja las crecientes tensiones por la gentrificación y la falta de vivienda asequible en la región de Miami.
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