María C. Werlau (La Habana, 1959), directora de la organización Archivo Cuba, ha vuelto a meterse en una investigación de once varas y ha salido airosa. Mientras la humanidad permanece pendiente del coronavirus, ella aprovechó el parón para concluir un trabajo ciclópeo en el que fue cotejando diversas fuentes y depurando listados para concluir que durante la dictadura de Fulgencio Batista murieron mil 588 cubanos.
De ellos, 644 muertos en combate, 864 ejecutados extrajudicialmente y 32 desaparecidos, según la investigación que duró cinco años y que fue continuidad de la emprendida por el economista Armando Lago, cofundador de Archivo Cuba. La estudiosa advierte que las cifras obtenidas pueden variar en un futuro, porque se trata aún de una investigación en desarrollo.
Werlau, ayudada por un grupo de colaboradores, revisó minuciosamente el trabajo hecho por Armando Lago, quien dejó inconcluso un Libro negro sobre el comunismo en la isla, cuya finalización es uno de los objetivos de la entidad.
Charlar con María Werlau siempre es grato, pero esta vez tuvimos que esperar a que pasaran los vientos y lluvias con que el huracán Laura salpicó a Puerto Rico, para conseguir una comunicación eficaz.
¿Cómo llegaron a la cifra de mil 588 muertes durante el batistato?
Armando Lago, fallecido en junio de 2008, nos dejó gran parte de su trabajo, que incluía el período de Batista; con el tiempo, y entendiendo que es fundamental para la memoria histórica de Cuba y para tener un contexto con el cual explicar cómo surgió la dictadura castrista, logramos obtener algunos recursos para dedicarle a la investigación del período de Batista.
Fue un trabajo gradual pero minucioso que tomó alrededor de cinco años; Jorge Pérez, Yoaxis Marcheco y Jorge Utset hicieron el trabajo de hormiga, revisando cientos de casos y editando o haciendo nuevas entradas a nuestra base de datos. Yo, como directora de Archivo Cuba, coordiné y supervisé todo el trabajo. Intenté contratar historiadores dentro de Cuba, que pudieran acceder a las bibliotecas de Cuba, pero inicialmente se interesaban y luego, desistían. Entiendo que comprobaban que el gobierno cubano no quiere que se conozca esta verdad.
De la mentira oficial de 20 mil muertos a menos de dos mil, va un buen trecho...
El absurdo político de anteponer la propaganda a la realidad histórica, pese a que nos apoyamos en fuentes cubanas.
Cuéntanos sobre las fuentes utilizadas.
Cada uno de los archivos (casos en la base de datos) detallan las fuentes consultadas. Obtuvimos nuevas fuentes con las cuales el Dr. Lago no contó, especialmente del gobierno cubano. Ecured tiene mucha información, regada en numerosas páginas y en diversos listados (lamentablemente a veces los datos no concuerdan entre ellas mismas, lo que hizo el trabajo más difícil). Asimismo, buscamos en artículos aparecidos en la prensa oficial de Cuba a través del tiempo y en los sitios web de los municipios cubanos.
Culminamos la investigación revisando caso por caso con la serie de cuatro volúmenes del Consejo de Estado de Cuba para los años 1955, 1956, 1957 y 1958, que en un gran gesto de apoyo y solidaridad nos hizo llegar un amigo desde Cuba.
¿Cómo se llama ese amigo?
Lógicamente, no puedo identificar a ese amigo y es una pena porque hizo un trabajo que es una joya, increíble...
También fue de gran ayuda el nuevo libro de José "Pepín" Álvarez, "La revolución cubana, una rebelión de adolescentes". Pepín ya había colaborado con el doctor Lago, pero siguió investigando diez años más, después de la muerte de Armando.
Gracias a estas nuevas fuentes, a algunos testimonios de fuentes primarias y a muchas horas de trabajo, se ha mejorado notablemente la calidad y el detalle de los archivos que ya existían y se añadieron muchos casos que no se habían contabilizado. Todo este trabajo también permitió identificar muchos duplicados (los mismos casos que aparecían con nombres similares o en distintas fechas) y tener un grado más elevado de confiabilidad de los casos.
Por cierto, la investigación sobre el período de Batista tiene pocas fuentes primarias, menos de cien, o sea un porcentaje muy bajo. Esto es por tratarse del período 1952-1958, tan remoto en el tiempo, pero además porque hemos desplegado con nuestros escasos recursos mucha más atención al periodo castrista y a la dictadura que prevalece.
Al morir el doctor Lago, se perdió gran parte de su biblioteca y no pudimos recuperar algunas de las fuentes que citó de forma abreviada, ej. Almeida, Ameijeiras, Masson Sena, Pérez y Madlum. Tenemos un “Source Library” que contiene detalles de todas las fuentes que aparecen abreviadas en los casos individuales.
¿Armando Lago llegó a terminar su Libro negro del comunismo en Cuba?
Desafortunadamente, no. Pudimos recuperar gran parte del borrador de su trabajo, cuyo énfasis estaba en las cifras de muertos (por etapa, incidente, causa de muerte, etcétera.) Economista al fin, estaba obsesionado con el conteo. Pero al ir trabajando con sus listados, encontramos muchos duplicados, miles (había casos que estaban cuatro veces en distintos años o con nombres muy parecidos), y constatamos que su obra necesariamente está en continua construcción.
De manera que nuestro proyecto es en cierta forma el libro de Lago en proceso. Nos gustaría publicar algo de lo que escribió, pero hay que filtrar el texto minuciosamente para sacar las estadísticas que son obsoletas. Además, escribió en inglés, que no era su primera lengua, y requiere mucha edición. Lamentablemente, no hemos tenido los recursos económicos necesarios para realizar ese trabajo.
¿No existe el temor de que ciertas muertes anónimas no hayan sido recogidas?
No es temor, es certeza. Este tipo de investigación es así, y más aún por el paso del tiempo y la falta de acceso a las fuentes dentro de Cuba. Pero la investigación siempre continúa, así como la actualización de la base de datos con casos antes no recogidos o mejorando la información de los casos que ya están reportados.
¿Cuál crees que sea el margen de error de las cifras actuales?
Por las fuentes consultadas en los últimos cuatro años de investigación exhaustiva del período de Batista, pensamos que es razonablemente bajo.
¿Qué planes tiene Archivo Cuba para los próximos años?
Quisiéramos poder continuar todo nuestro trabajo con el Proyecto Verdad y Memoria -de documentación de muertes y desapariciones, publicaciones, denuncia internacional de los crímenes de la dictadura comunista y preparación en temas de justicia transicional.
Hay muchas almas en el cielo que honramos con esta labor y muchas personas dentro y fuera de Cuba que dependen de que no dejemos de luchar por la libertad y los derechos humanos con los valores que impulsan nuestra obra.
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