La Seguridad del Estado amenazó a José Luis Tijerino, uno de los manifestantes en el Capitolio este domingo, con acusarlo de terrorismo si no cambiaba su forma de pensar.
Tras ser arrestado cuando estaba sentado pacíficamente en el lugar junto a su amigo Osmani Pardo, Tijerino fue sometido a un interrogatorio en el que los agentes de la policía política cuestionaron sus ideas y alegaron que “quién era el pueblo para exigir democracia en Cuba”.
Según compartió el cubano en un video publicado en Facebook, luego de detenerlos, los policías los mantuvieron un rato largo en la patrulla, porque no sabían qué hacer con ellos.
Tijerino subrayó que el arresto se produjo de modo pacífico, sin resistencia, desacato o violencia y que de ahí fue conducido a la unidad policial de Cuba y Chacón, donde fue aislado del resto de los detenidos a la espera de los agentes de la Seguridad del Estado.
En la estación, le preguntaron por el motivo de su protesta, y este respondió que estaba allí para exigir la dimisión del Ministro de Cultura Alpidio Alonso, quien había demostrado su incapacidad como dirigente tras haber agredido físicamente a un joven manifestante pacífico en las afueras del MINCULT el pasado 27 de enero.
Transcurridas un par de horas, lo llevaron hacia un centro de detención en Luyanó, donde finalmente apareció la Seguridad del Estado para interrogarlo.
De acuerdo a Tijerino, el interrogatorio le produjo “mucha impotencia”, porque los oficiales insistieron en preguntarle quién le pagaba, quiénes eran sus empleadores, y vincular su acciones con agentes externos que el joven manifestante negó todo el tiempo.
Tijerino les respondió que él pensaba diferente, que el país “estaba mal”, y que quienes llevaban la peor parte eran los cubanos de a pie, la “clase social más baja”, entre los que el manifestante se incluyó como simple ciudadano.
Los agentes le respondieron que en Cuba no había clases sociales, tras lo que lo amenazaron acusarlo de terrorismo si no cambiaba su forma de pensar.
La Seguridad del Estado, relató Tijerino, dejó de llamarlo por su nombre y después de un largo debate donde los agentes reprodujeron de memoria el concepto de revolución de Fidel Castro y Tijerino les recordó el sufrimiento del “cubano de gama baja” (el que hace colas, el que está descalzo o con hambre), comenzó a considerarlo como un opositor, para rebajar su condición humana.
Los oficiales le levantaron un acta que este se negó a firmar por reunirse con personas con “potencial delictivo”, como le llaman, dijo Tijerino, a los que piensan diferente en Cuba.
El encuentro llegó al clímax cuando Tijerino les habló de democracia, a lo que estos respondieron soberbiamente que “quién era el pueblo para exigir democracia en Cuba”, lo que desconcertó al cubano.
Tijerino calificó el suceso como un evento "de película", reclamó su derecho a pensar distinto y recordó la condición pacífica y desinteresada de su lucha por un cambio que beneficie al pueblo cubano.
La manifestación en el Capitolio respondió a una convocatoria que el artista Luis Manuel Otero Alcántara hizo a los cubanos para manifestarse por “el derecho a tener derechos” y exigir la dimisión del ministro de Cultura.
Varios activistas, entre ellos Otero Alcántara, fueron detenidos antes de poder llegar al lugar, donde el régimen desplegó un fuerte operativo policial para reprimir cualquier protesta y del que se tiene noticias gracias a la acción valiente de Tijerino y otros activistas.
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