Animalista cubano Javier Larrea comparte su experiencia en la Universidad de Santa Clara: "Serás la próxima Karla"

Muchos se me acercaban y me decían al oído: "Serás la próxima Karla de la universidad", "ten cuidado con lo que haces", dijo el joven.

Javier Larrea y Karla Pérez © Javier Larrea/FB
Javier Larrea y Karla Pérez Foto © Javier Larrea/FB

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Este artículo es de hace 3 años

El joven animalista cubano Javier Larrea confesó que fue uno de los alumnos que no estuvo de acuerdo cuando en 2017 los reunieron con el fin de expulsar a Karla Pérez de la carrera de periodismo en la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, y que compartió las causas de su expulsión de ese centro de estudios.

"Recuerdo que estábamos merendando en cinco minutos de receso que teníamos entre un turno de clase y otro. De pronto llega un profesor y nos dice que debíamos entrar al aula para darnos una información importante. Resultó ser una "charla sobre Karla, la contrarrevolucionaria". Fueron casi 90 minutos recibiendo información sobre lo que ella hacia, de su activismo, de su militancia en el partido Somos + y también nos leyeron algunos de sus escritos. Todo resultó ser más de lo mismo: una avalancha de vituperios hacia lo que ella hacia", contó el joven.


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Según relató, en una parte del encuentro levantó la mano para dar su opinión y dijo aturdido en medio de todos los que le rodeaban: "Pero lo que ella escribe ahí es la cruda realidad".

"No se hizo esperar las miradas acusadoras sobre mi y creo que fue la primera vez que empecé a marcar la "nota discordante"... Siempre fui respetado entre mis compañeros de aula y mis profesores y emitir aquel criterio había constituido comenzar a poner en "duda" mi persona y todo lo que viniera de mi, por manifestar lo que creía, como también lo hice en su momento con lo que le sucedió a una amiga del aula que participó en la World Learning, donde yo también iba a participar y no se dio la ocasión porque comenzaría el Servicio Militar cubano", dijo.

"Jamás cedí a chantajes de nadie para alejarme de esa amistad. No cedí a la presión de algunos profesores, ni de amigos, ni de autoridades de la FEU, ni del propio Riverón o Cristian - como se hacía llamar, que era en aquel entonces el Jefe de la Seguridad de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas. Mi amistad con esa amiga se ha mantenido hasta los días de hoy y afortunadamente ha transcurrido su universidad sin más contratiempos que los que tuvo que enfrentar en aquella ocasión y por los cuales también atravesé yo por mi activismo. Muchos se me acercaban y me decían al oído: "Serás la próxima Karla de la universidad", "ten cuidado con lo que haces"; "estás metiéndote en tremenda candela". Todo esto yo se lo contaría más tarde a Karla en una conversación muy amena que tuvimos en WhatsApp porque nunca tuve la oportunidad de conocerla a profundidad personalmente", confesó.

Larrea relató que en cada paso que daba tenía que lidiar con las citaciones al Departamento de la Seguridad del Estado de la universidad.

"El tal Cristian que le hizo la vida "un yogurth" a Carla también trataba de hacerlo conmigo. Cuando me entero de su expulsión de la universidad sentí un dolor tan grande, a pesar de no ser amigos. Su dolor fue mi dolor. Jamás olvide aquellos días. Comencé a seguir su caso por las redes sociales, por internet y unos meses más tarde sale un vídeo en la revista El Estornudo sobre Karla, de cómo había seguido su vida en un país completamente desconocido para ella, de que estaba estudiando periodismo y escucharla contar los hechos de como había sucedido todo en su proceso de expulsión me hizo llorar desconsoladamente, me deprimí porque yo comenzaba a vivir en carne propia lo que ella había sentido en su momento: el rechazo de la institución, el ser visto como un criminal, pasar de tener una conversación en los pasillos a solo limitarme a dar los buenos días. Me fueron aislando y yo a la vez me fui aislando también", indicó.

"Lo detalles que antes en un examen podrían llegar a ser considerados como un 5 - y un 4 + se convirtieron en 3. Fue un ataque psicológico más que todo. Reuniones con mis padres, reuniones con mis compañeros de aula. Reuniones donde un profesor ( que al ser uno de los más respetados de la Facultad) gozaba con la plena libertad de ofenderme delante de todos, de llamarme como le diera la gana. Verme en medio de conferencias de subversión dadas por el propio Riveron en las aulas de Derecho donde "casualmente" siempre comenzaban con mi año y donde el tema más profundizado terminaba siendo "bienestar animal"....sin mencionar mi nombre claro, porque a pesar de que yo estaba aislado dentro de la propia institución gozaba de un gran respaldo a mi persona y a mi vocación como estudiante", agregó.

El joven dijo que "no se podía negar hicieran lo que hicieran; solo bastaba hacer caso a la frase "A buen entendedor con pocas palabras....se sabe que es de Javier quien están hablando"...Llegar al punto de estar en un salón con las autoridades de la provincia: autoridades del Partido, autoridades de la universidad, autoridades del Gobierno y al terminar la reunión ser expulsado de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) porque supuestamente estaba en un grupo de Facebook que se llamaba "Clandestinos" y eso me hacía ser parte también de ellos (grupo al que entré por pura curiosidad). No fue más que una justificación para expulsarme, la verdadera razón de mi expulsión había sido denunciar en Facebook el día anterior una huelga de transportistas en Santa Clara y por mi activismo en pos del bienestar animal. Molestaba que yo saliera en medios independientes cuando no contaba con los medios oficiales para hacer mi trabajo. Cuando se terminó la reunión todos me dieron las "Felicidades" porque me había quitado "tremenda basura de arriba". Una vez más no lograron sus objetivos de "apagarme", de quitarme liderazgo entre los que me apoyaban porque con eso se nace".

"Toda mi vida fui dirigente estudiantil, de la FEEM, militante de la Juventud desde décimo grado y cuando llegué a la universidad comencé a chocar conmigo mismo, empecé a ver el mundo de otra forma y a ir quitando la venda que tenía en mis ojos. Todas las experiencias negativas que tuve terminaron siendo catalizadores de ese cambio en mi. Fue desgarrador el proceso, tengo que decirlo. Los que me conocen de cerca saben lo "comunista" que me creía y el orgullo con lo cual lo decía a todas partes que llegaba. Fidel Castro para mi llegó a ser casi un ídolo. Un ídolo que al igual que otros cayeron de los pedestales que estaban. Tengo un poco de miedo al contar esta historia que estoy contando de manera muy superficial, porque hay mucho pero mucho que tengo dentro de mi y que ni tan siquiera me alcanzaría toda la mañana para escribirlo. Me da miedo que este texto haga volver la cacería de brujas nuevamente, pero a la verdad no puedo callar ante las injusticias y no puedo dejar de decir lo que pienso", dijo.

Larrea comunicó que las razones de la persecución de Karla fueron políticas y las de él de otro corte pero víctimas ambos de la misma misma maquinaria, "que gestó todo en contra mi, desde un vídeo en Youtube para desprestigiarme y los continuos ataques en redes sociales a mi persona y a mi familia de la manera más baja y sucia. En la fecha de hoy estoy bajo una condicional por mis méritos como estudiante que nadie puede negar, pero mi sanción es separación de la UCLV por 3 años".

"Hoy es otro el contexto, al menos para mi activismo por los derechos de los animales, porque saben que tengo mi campo de acción como otros tienen el suyo; pero nunca olvidaré lo difícil que fue para mí llegar a donde he llegado. A Karla se le ha negado entrar a su país, se le ha vetado el derecho de regresar a su tierra que no es propiedad privada de nadie. Es donde creció, donde tiene su familia, amistades, conocidos, recuerdos y experiencias que nunca olvidará. Se le está negando un derecho humano y eso es condenable. Nadie puede usar tal arbitrariedad. Todos estamos construyendo una nueva nación desde lo que hacemos y eso es lo importante", dijo.

Por ultimo, el joven recordó que en la entrevista para El Estornudo Karla dijo una frase que le conmovió y se ha convertido en un modo de vida que trata de hacer cumplir desde sus experiencias personales: "En la Cuba que quiero vivir es una Cuba en la que quepan todos".

El caso de la joven Karla Pérez ha despertado la indignación de muchos cubanos tanto dentro co0mo fuera de la Isla, luego de que el gobierno le negara esta semana su entrada al país, luego de cuatro años estudiando la carrera de Periodismo en Costa Rica al ser expulsada de la Universidad de Santa Clara por sus filiaciones con el grupo opositor Somos+.

Luego que quedar en un limbo migratorio en el aeropuerto de Panamá, la joven se vio obligada de regresar a Costa Rica y solicitar asilo político.

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