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El Departamento de Estado anunció el nombramiento de Ricardo Zúñiga como enviado Especial de EE.UU. para el Triángulo Norte, con el objetivo de coordinar los esfuerzos integrales de la administración Biden para detener la migración irregular a través de la frontera con México.
En un comunicado, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, anunció el nombramiento del experimentado funcionario, miembro de carrera del servicio diplomático estadounidense, como enviado Especial a la región centroamericana.
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Zúñiga gestionará un presupuesto de 4 mil millones de dólares para abordar las causas fundamentales de la migración de centroamericanos hacia Estados Unidos, un cometido que abordará de conjunto con el secretario y al subsecretario Interino de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental y con el personal del Consejo de Seguridad Nacional, que dirige el cubanoamericano Alejandro Mayorkas.
El nombramiento de Zúñiga respalda la estrategia de la administración Biden de abordar el problema migratorio a través de un esfuerzo diplomático y un enfoque multisectorial en el que abordar una variedad de temas que inciden en el fenómeno de la oleada de migrantes centroamericanos. En este sentido, acompañará a altos funcionarios de la Casa Blanca a México y Guatemala del 22 al 25 de marzo.
En calidad de Enviado Especial, Zúñiga se relacionará con los gobiernos regionales, incluidos, entre otros, México, El Salvador, Guatemala y Honduras, en una variedad de temas para tratar de mejorar las condiciones en Centroamérica. Asimismo, mantendrá informado al Congreso de las gestiones y funciones que asume con el cargo.
El comunicado del Departamento de Estado indica que Zúñiga buscará responsabilizar a los socios regionales para “abordar las causas fundamentales de la migración y el aumento de las llegadas de niños no acompañados a la frontera sur de los Estados Unidos”. En esta misión, el Enviado Especial involucrará a las partes interesadas de la sociedad civil y el sector privado para trabajar en la búsqueda de soluciones al problema migratorio.
En tanto director senior de Asuntos del Hemisferio Occidental, el experimentado diplomático jugó un papel protagónico en la negociación del cambio en las relaciones estadounidenses con Cuba. Según el Washington Post, Zúñiga y el asesor adjunto de Seguridad Nacional Ben Rhodes fueron los artífices del cambio de política implementado por la administración Obama en 2014.
Durante un año y medio, Zúñiga y Rhodes llevaron adelante nueve rondas de conversaciones secretas con los cubanos en Canadá y el Vaticano. Un alto funcionario de la administración los describió como “dos mitades de la misma persona”, siendo Rhodes la mitad más visible y Zúñiga un profesional que trabaja duro en la oscuridad, fuera del centro de atención en Washington y en el extranjero.
Según este funcionario, la elección de Rhodes para esta misión obedeció a la necesidad de subrayar que había un canal directo a la Oficina Oval, mientras que la de Zúñiga se impuso por sus amplios vínculos y experiencia en Cuba. "Este es su pan y mantequilla", dijo el funcionario sobre Zúñiga. "Él siempre iba a estar involucrado en esto".
Con 52 años de edad en la actualidad, Zúñiga fue nombrado director senior de asuntos del hemisferio occidental en el Consejo de Seguridad Nacional en 2012. Entre las funciones que ha desempeñado en el Departamento de Estado, está la de director interino de la Oficina de Asuntos Cubanos en la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental.
Asimismo, Zúñiga estuvo trabajando como oficial de derechos humanos en la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana. Además ha estado destinado en Brasil, España, México y Portugal y se ha especializado como analista de Cuba y el Caribe
Tal y como refiere el artículo del Post, en el tiempo que pasó Zúñiga en Cuba estuvo en sintonía con los temas de la sociedad civil y la libertad de expresión en Cuba, temas que abordó con el régimen cubano. "Tenía serios problemas con la situación de los derechos humanos y todavía los tiene", comentó entonces un funcionario.
Entre los temas que trató con las autoridades cubanas, Zúñiga abogó por un mayor acceso a internet y mejores telecomunicaciones en la isla, un deseo expresado en múltiples ocasiones por la disidencia interna. Según el artículo del Post, Zúñiga también pudo leer al gobierno cubano de una manera que Rhodes y otros no lo hicieron.
Otro funcionario entrevistado en 2014 señaló que Zúñiga trabajó duro para conseguir el acuerdo que le pidió Obama. "Es una locura. Este tipo estaba trabajando esencialmente las 24 horas del día, los 7 días de la semana para hacer esto desde que comenzaron las negociaciones".
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