El gobierno cubano estableció nuevos precios para algunas piezas de repuesto destinadas a la reparación de cocinas y ollas eléctricas.
Como parte de los ajustes vinculados al proceso de unificación monetaria iniciado el 1 de enero de este año -conocido como Tarea Ordenamiento-, el ministerio de Comercio Interior modificó los precios de las piezas de repuesto del Programa de Ahorro Energético.
Según informa Cubadebate, la Resolución 56/2021 firmada por la ministra Meisi Bolaños establece los costes de utensilios para el recambio en la reparación de cocinas eléctricas y ollas, corrigiendo así el Anexo II de la Resolución 137 de noviembre de 2020.
De esta forma, la resistencia 110 V y 1100-1200 w para cocinas que costaba 205.00 CUP la unidad, pasa a tener un valor de 190 pesos.
La base de porcelana de dos agujeros para ollas arroceras que anteriormente costaba 85.00 CUP la unidad, tendrá un coste de 12 pesos.
El piloto neón para ollas arroceras se podrá comprar ahora a 10 pesos en vez de los 80.00 CUP que estaban fijados con anterioridad.
En el caso de las ollas de presión normales de China el filtro que costaba 190.00 CUP la unidad pasará a costar 4 pesos.
Por su parte, el mango del cuerpo de estas ollas que costaba 190.00 CUP la unidad, tendrá ahora un valor de 30 pesos.
Asimismo, el decorador de agarradera que costaba por unidad 190.00 CUP, ahora pasará a costar 10 pesos.
Para las ollas de presión eléctrica, la cubierta de fusible que costaba 80.00 CUP, ahora costará 5 pesos; mientras que el termóstato de mantenimiento que valía 155.00 CUP, su valor será de 25 pesos.
Según establece la Resolución, estas disposiciones entrarán en vigor luego de su publicación en la Gaceta Oficial de la República de Cuba.
Una vez más el gobierno cubano insiste en controlar la política de precios de la única forma que conoce: topando los mismos en base a unos cálculos que establecen tarifas internas fijándose en mercados externos o directamente copiándolas del mercado negro nacional.
Tal y como analizaba Juliette Valdés Diego en este medio, "a falta de libertad empresarial y de competencia, las empresas cubanas -cada una de ellas un pequeño monopolio- obvian completamente la demanda y forman precios desde los costos de sus insumos: suman cuánto les cuesta producir, les ponen un porciento por encima como ganancia y listo, ya tienen un 'precio conformado'”.
Si bien reconocía que "los precios libres no garantizan la libertad o el progreso, la ausencia de ellos sí garantiza el totalitarismo y el estancamiento económico, pues la única alternativa a la libertad de mercado es la libertad del gobierno a actuar a su antojo".
"La Tarea Ordenamiento, como bien dice su nombre, es el intento de un Gobierno cubano que para su mejor conveniencia intenta 'ordenar' la sociedad, lo que lo conduce a patetismos como establecer el “precio correcto” de una bola de helado, muestra de hasta qué punto el sistema castrista es totalitario, y en última instancia, ridículo", concluía Valdés en su artículo sobre los precios.
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