El ingeniero Mario Castillo Salas, director de la Empresa Eléctrica de La Habana, reconoció ante la prensa oficialista que pudieron cometerse "indisciplinas" en la poda de árboles que denunciaron varios activistas en las últimas semanas.
Los operarios trabajan en función de las cuestiones técnicas de su especialidad y no realizan una labor específica de jardinería, aseveró el directivo de la empresa estatal al periódico Tribuna de La Habana.
Castillo Salas señaló además que si detectan algún incumplimiento de los procedimientos de la Guía Forestal de Cuba, tomarán las medidas que se correspondan, pero que pretenden llegar a las 100.000 acciones de este tipo y así evitar el daño que provocan las ramas al tendido eléctrico.
Las declaraciones del funcionario acontecen luego que varios activistas por los derechos medioambientales en Cuba protestaran por la poda de árboles en la capital, una acción que consideraron indiscriminadas y que según las autoridades cumple con todos los procedimientos legales.
El director de la entidad estatal de La Habana aseveró que "no existe negligencia ni desidia", sino que es una "necesidad imperiosa" de garantizar la estabilidad del servicio eléctrico a los ciudadanos.
En medio de la jornada por el Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebró este domingo, varios han sido los intentos de las autoridades capitalinas por apaciguar las reacciones de los naturalistas cubanos, preocupados por el excesivo corte de ramas y árboles en diferentes zonas de la ciudad.
Algunos ciudadanos documentaron estas acciones en zonas como El Vedado, Centro Habana, reparto Kohly, Nuevo Vedado, Miramar, Boyeros, Cojímar, Palatino, La Víbora y Cerro, donde han quedado solo los tocones adornando en el espacio urbano.
El Gobierno de La Habana aseguró que la tala de árboles en la ciudad es la respuesta a una planificación errada y la falta de mantenimiento que ha tenido durante años la vegetación urbana.
"Lo que hoy tenemos es la consecuencia de haber plantado variedades impropias y un mal manejo del arbolado, de ahí que este año se promueve un trabajo más centrado en revertir esta situación", declaró a Tribuna de La Habana, la subdelegada territorial del CITMA Yesenia Ibáñez Carbonell.
El reto para el gobierno es reponer todos esos árboles talados, aparentemente, de manera planificada; ya que las propias autoridades del Ministerio de la Agricultura reconocieron en mayo que no existen condiciones para sustituirlos en los próximos dos o tres años.
Este fin de semana varios vecinos de La Habana fueron convocados por las autoridades para participar en una jornada de siembra de unas 400 posturas de árboles, según datos oficiales.
Vecinos del reparto Villalón, en el Vedado, mostraron su enfado y cuestionaron a través de este medio que las autoridades traten de limpiar su imagen con esta medida y convocando a la población a una actividad con el fin de sembrar ocujes y robles en espacios públicos.
"¿Porqué no siembran donde talaron los árboles?", cuestionó un anciano de la zona a través de CiberCuba.
Entre 2016 y 2020 el índice de boscosidad de La Habana aumentó un 19.1%, según datos oficiales del CITMA, sin embargo las cifras no tranquilizan a los defensores del medio ambiente que consideran excesivas las talas en la ciudad, sobre todo en zonas donde naturaleza y arquitectura se funden en el paisaje.
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