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Elena Poniatowska y José Mujica firmaron la declaración política de más de 140 intelectuales y líderes de izquierda latinoamericanos en contra del gobierno de Daniel Ortega, en Nicaragua.
La escritora mexicana y el expresidente de Uruguay se sumaron a las voces de izquierda de la región que exigen al presidente Ortega y a su esposa Rosario Murillo, vicepresidenta del gobierno, el cese inmediato de la represión contra los opositores y la liberación de los presos políticos.
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El líder del Movimiento Sandinista, Daniel Ortega, como gobernante se transformó “en un presidente autócrata y autoritario”, afirma el texto que se puede leer íntegramente en el diario Confidencial.
Los firmantes de esta declaración afirmaron que el mandatario nicaragüense ha sido “capaz de reprimir sin piedad a su pueblo, junto con el cual no supo, no quiso o no pudo construir calidad de vida ni una institucionalidad democrática, transparente, que le permitiera realizar, en libertad, pacíficamente, su destino”.
Igual advirtieron que aunque es difícil saber si Daniel Ortega se enfermó por el poder, realmente sí está enfermo por mantener el poder o ambas cosas.
También el documento expresa preocupación, pesar y solidaridad con las víctimas, además de exigir claramente al gobernante de Nicaragua “que cese la persecución y la represión, que libere a los presos políticos y respete el Estado de derecho”.
Esta declaración invita a “los sectores democráticos y populares a solidarizarse sin temor a que los confundan con los oportunistas que hoy se espantan por lo que sucede en Nicaragua por mera conveniencia publicitaria, pero que no vacilan en arrebatarles a sus pueblos aun sus banderas más sagradas con tal de sacar provecho”.
A finales de junio el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, pidió al gobierno de Nicaragua garantizar que el pueblo decida de manera libre en las elecciones de noviembre y rechazó la represión y los encarcelamientos en el país centroamericano.
Obrador en esa ocasión, tras una nueva ola de detenciones de opositores al gobierno, incluidos varios precandidatos presidenciales, pidió al mandatario de Nicaragua garantía para las libertades de los ciudadanos.
“No debe de haber represión en ninguna parte, ni en Nicaragua ni en Colombia ni en ningún país del mundo se debe optar por la fuerza", afirmó.
No obstante, este pronunciamiento de intelectuales y figuras políticas de izquierda igual implica un distanciamiento de otros sectores de la izquierda gobernante en la región como Cuba, Venezuela y Bolivia, países que se mantienen incondicionales a Ortega y su esposa Murillo por ser “víctimas de la injerencia del imperialismo” de Estados Unidos.
Ortega y Murillo están acusados de dirigir una dictadura dinástica y de romper el orden democrático en Nicaragua tras el estallido, en abril de 2018, de multitudinarias protestas antigubernamentales.
Ambos dirigentes rechazan los cargos de represión, además de escudarse en el socorrido argumento de que los opositores se aliaron con Estados Unidos para conspirar y recurrir al terrorismo para desestabilizar su gobierno y ejecutar un golpe de Estado.
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