La activista Áfrika Reina inició este jueves una huelga de hambre para exigir la liberación de sus hermanos presos injustamente en Cuba.
"El gobierno cubano sigue jugando al ajedrez con las vidas de los jóvenes, los destierra, los encarcela, los rompe física y emocionalmente... Vamos a ver cuántas vidas más están dispuestos a asumir sobre sus espaldas", escribió en Facebook al anunciar la decisión.
En el mensaje menciona a Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel "Osorbo" Castillo y a todos los que se encuentran detenidos o son juzgados por el régimen tras demostrar su posición en contra de los abusos de la dictadura.
"Luis no soporta otra huelga, menos post covid, además del daño a su cuerpo por las huelgas anteriores. Estoy con él, y lo quiero vivo", finalizó.
Tras publicar el mensaje, Áfrika Reina recibió mensajes de apoyo y respeto por la huelga de hambre que inició, entre ellos el poeta Arián Lázaro Cruz Álvarez.
"Tengo miedo a comentarte algo, ya he borrado 3 veces lo que quería decirte. En fin...te apoyo hermanita aunque no esté del todo de acuerdo con tu decisión. Pero es tuya y solo tuya. Y sería incapaz de cuestionar el porqué lo haces pues lo comprendo perfectamente. Te abrazo con todas mis fuerzas", señaló.
El mensaje de Áfrika Reina se publica después que Otero Alcántara, miembro del Movimiento San Isidro, comenzara una huelga de hambre en la prisión donde está detenido desde julio, por participar de manera pacífica en las protestas del 11J en La Habana, según dio a conocer la curadora de arte Claudia Genlui Hidalgo.
"Su cuerpo está más débil que nunca, acaba de estar enfermo con coronavirus y además está debilitado por las huelgas anteriores”, dijo.
A Otero Alcántara lo diagnosticaron hace más de 15 días con coronavirus y el gremio de artistas y los activistas cubanos muestran preocupación por su estado de salud, y de manera especial las condiciones física en que se encuentre porque en reiteradas ocasiones ha hecho una huelga de hambre en señal de protesta.
La última vez que lo hizo, el régimen cubano lo internó por la fuerza en el hospital Calixto García, de La Habana, donde recibió torturas psicológicas y amenazas por parte de la Seguridad del Estado, según relató al ser dado de alta.
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