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Josefina Vidal Ferreiro, la funcionaria cubana que acaba de ser nombrada viceministra del Ministerio de Relaciones Exteriores, llevaba toda una vida de lujos y ostentación en Canadá, donde ejercía como embajadora.
Un reportaje publicado en el portal Diplomat International Canada en 2018, cuando Vidal asumió la representación cubana en ese país, describe la fabulosa vida de la diplomática, muy alejada de las penurias y necesidades que sufrían -y sufren- sus compatriotas en la Isla.
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Según el texto, Vidal y su esposo, José Anselmo López Perera, quien se desempeñaba como ministro consejero, tenían "todas las comodidades del hogar en su acogedora residencia en Acacia Avenue en Rockcliffe", distrito municipal situado en el extremo este de la ciudad de Ottawa, en Ontario.
"Hay una gran variedad de ron cubano fino y un humidor de madera lleno de puros cubanos", señaló la reportera Margo Roston en el artículo, que fue divulgado por la propia embajada cubana en sus redes sociales.
La pareja residía en una "residencia con encanto", una casa de estilo Tudor Revival construida en los años 40. El inmueble de dos pisos y siete habitaciones con vidrieras emplomadas se lo compró el gobierno cubano en 1970 a un juez local, para destinarlo a la residencia de su embajador.
Tras ser ampliada y remodelada, la vivienda exhibe una terraza acristalada, un amplísimo jardín y un solárium que sirve de sala de fumadores, donde el diplomático López Perera se reunía con sus invitados para degustar su variedad de los mejores puros habanos.
Las paredes del lugar están adornadas con obras de prestigiosos artistas cubanos como Víctor Manuel y Mariano, además de fotos de Vidal junto a Fidel Castro y su hermano Raúl.
En el comedor, con capacidad para 14 invitados, la mesa "se realza con vasos grabados en oro con el escudo de Cuba y con platos de color crema y oro, junto con cubiertos grabados para cenas formales. El primer embajador de Cuba en Canadá proporcionó una hermosa colección de plata", precisó el artículo.
Aunque los embajadores cubanos suelen estar cuatro años de misión en el extranjero, Vidal solo permaneció tres años y medio en Ottawa, donde no consiguió elevar el nivel de los vínculos bilaterales.
Su cese anticipado como embajadora y designación como viceministra podría significar su futuro como titular del sector, relevando así a Bruno Rodríguez.
Vidal, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), fue uno de los rostros más visibles durante las negociaciones que llevaron al restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba. Ella estuvo al frente de la primera y segunda ronda de conversaciones entre ambos gobiernos.
En septiembre de 2018 el gobierno cubano la nombró "embajadora vitalicia", una categoría aprobada un año antes por el Consejo de Estado, que reconoce el trabajo realizado en el servicio interno y externo del país.
En 2003, cuando ostentaba el cargo de primera secretaria de la sección diplomática cubana en Washington, tuvo que irse de Estados Unidos luego de que su esposo, quien se desempeñaba como cónsul, fuera declarado persona non grata por sus "actividades hostiles a la seguridad nacional" por la administración de George W. Bush.
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