El Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) rechazó toda forma de violencia, luego que cinco cubanas acusaran al trovador Fernando Bécquer de abusos sexuales.
La institución oficialista, que dirige Mariela Castro Espín, ofreció ayuda a las víctimas de abusos sexuales según "los procedimientos legalmente establecidos" y resaltó la voluntad estatal de responder ante las violaciones basadas en el género.
"Consideramos legítimo que se alcen las voces de las víctimas de violencia sexual y ponemos a su disposición los servicios de orientación jurídica y de orientación y terapia sexual con los que cuenta nuestra institución desde hace más de 10 años", agregó el texto.
El CENSEX defendió a Castro Espín por su trabajo en favor de las víctimas de violencia de género y rechazó la supuesta manipulación que existe desde los medios independientes y redes sociales contra las instituciones del estado y su figura.
Asimismo, se pidió a los medios y personas que publiquen "información responsable, informada y asesorada" para evitar revictimizar a esas mujeres y aumentar su dolor.
Aunque la declaración del CENSEX se refirió al asunto como "un tema sensible" sin ofrecer más detalles y no menciona la voluntad de abrir una investigación sobre las acusaciones que pesan sobre Bécquer, es de las pocas instituciones estatales que se mostró a favor de las víctimas de abuso sexual.
El Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau y su director Víctor Casaus, se posicionaron a favor de las cinco mujeres y condenó todo tipo de violencia.
"Lo que menos importa aquí es la postura política del periódico digital que primero les hizo caso y las publicó, como tampoco importa la postura ideológica de quien cometió los actos. Poner el acento en eso, es desviar la atención", dijo el Centro Pablo, que a su vez suscribió las palabras de la trovadora Rita del Prado.
La revista independiente El Estornudo publicó el testimonio de cinco mujeres que aseguraron ser víctimas de abusos sexuales por parte del trovador cubano Fernando Bécquer.
El acusado negó las declaraciones y otros trovadores, amigos suyos, argumentaron que es una estrategia para desmoralizarlo por ser un músico comunista.
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