Los cubanos escuchan la frase "Hijas de Galicia" y lo primero que recuerdan es un hospital materno en La Habana. Sin embargo, fue una organización destinada a defender los derechos de las mujeres emigrantes en Cuba y llegó a tener 58 mil asociadas en 1960.
Hijas de Galicia está considerada la mayor organización de su tipo en el mundo, durante la primera mitad del siglo XX.
Se atribuye al historiador cubano Julio César González Pagés haber documentado la historia de las Hijas de Galicia. Las actas estudiadas por él demostraron que la organización surgió como una hermandad llamada "Solidaridad Pontevedresa" que trabajó por los derechos de mujeres que ejercían la prostitución en Cuba.
La prostitución golpeó a las emigrantes gallegas
Entre finales del siglo XIX e inicios del XX, se estima que arribaron a Cuba más de 60 000 gallegas, la mayoría solas, analfabetas y pobres, otras con hijos pequeños a su cargo. Eran contratadas en servicios de limpieza o captadas por las mafias para ejercer la prostitución.
Muchas de estas mujeres emigrantes terminaban abandonas a su suerte en las calles, no tenían acceso a los hospitales y era común que murieran de sífilis, en las antiguas casas de recogidas.
El Centro Gallego, a pesar de su poder en La Habana, ocultó la existencia de la hermandad e intentó ahogarla con boicot para silenciar lo que ocurría con estas mujeres. Sin embargo, en poco tiempo las emigrantes lograron sumar fuerzas a su causa, ganaron en organización y el 18 de enero de 1917, crearon la sociedad Hijas de Galicia.
El Español indicó que después de la crisis mundial de 1929 el número de gallegas que emigraban a Cuba aumentó casi en un 50%.
"Provocó la alarma entre la propia colonia de la isla que, a través de la prensa, comenzó una campaña contra la inmigración femenina. Su argumento era que estas mujeres tan solo venían a prostituirse y que no aportaban ningún valor a la sociedad cubana. Lo que no se contaba era que muchos de estos gallegos preocupados, tejían redes de prostitución entre las aldeas de Galicia y La Habana", indica el texto.
Las emigrantes gallegas vivían su dolor en silencio, evitaban contar a sus familiares la dureza de la emigración por miedo a la deshonra. Este sentimiento las llevó a unirse e impulsar un proyecto social de gran envergadura. En sus inicios acogían solo a mujeres y a niños, pero aún así se multiplicó su número de asociados.
El Hospital Hijas de Galicia
El objetivo de Hijas de Galicia como sociedad sanitaria y de auxilio mutuo, era proteger a mujeres que llegaban a la isla en busca de mejores condiciones de vida, pero con una dura situación de vulnerabilidad.
No se limitaron solo a cuidar de las gallegas. En sus estatutos plantearon la "asistencia sanitaria, auxilio y amparo a la mujer", aclarando que concederían "los mismos beneficios a las de otras regiones españolas y aún de diferente nacionalidad".
Ayudaban a solucionar los trámites burocráticos con asesoría legal y otros servicios, pero la salud era el punto donde más las golpeaban y allí fue donde plantaron su primera semilla.
En 1924 compraron los terrenos, en el barrio de Luyanó, para la construcción de un hospital especializado en la atención a mujeres, madres y niños. Se le llamó Sanatorio “Concepción Arenal”. Originalmente tuvo seis pabellones de dos plantas, diez salas de especialidades y seis ambulancias para traslados de enfermos.
Los médicos que trabajaban para Hijas de Galicia ofrecían consultas a domicilio. El equipo sanitario atendía a más de doscientos pacientes diarios y entregaba medicamentos gratuitos a sus usuarios.
En 1956 el edificio ya tenía ocho plantas, cinco salones quirúrgicos y diez salas de hospitalización. Mantenían los servicios médicos a 206 pacientes ingresados por día. Trabajaban en el hospital 39 médicos.
Hijas de Galicia también tuvo un balneario en La Habana
En 1938 la sociedad logró que el gobierno cubano le autorizara la construcción del Balneario social Hijas de Galicia en el barrio de Marianao. El Club privado se ubicó en calle 1ra #9616, un lugar privilegiado por su paisaje y buenas playas.
El ocio y el esparcimiento comenzaron a ser valores de la organización. En las instalaciones del club se practicaban deportes acuáticos y otros con pelota como el voleibol o el squash. Este espacio se convirtió en sitio de encuentro de los gallegos en La Habana.
En 1960 llegó la nacionalización
La llegada al poder de Fidel Castro implicó en poco tiempo la nacionalización de los clubes de recreo, de las clínicas médicas y otros muchos negocios. Todo lo que habían construido las emigrantes gallegas y sus familiares, fue a parar a manos del Estado cubano.
La clínica de 8 plantas pasó a llamarse Hospital Materno Infantil Diez de Octubre, aunque hasta la actualidad se conoce como Maternidad de Hijas de Galicia. El Club-balneario pasó a nombrarse Círculo Social Obrero José Luís Tasende.
Hay poca información publicada en Internet sobre la labor de Hijas de Galicia en Cuba. Se desconocen los nombres de las mujeres que impulsaron esta obra social y llegaron a conformar la mayor sociedad de su tipo, en su época.
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