La Empresa Pesquera Industrial de La Coloma (EPICOL), en la provincia de Pinar del Río, prepara un vivero para exportar langostas vivas, un producto muy demandado en el extranjero con el cual el Gobierno cubano pretende aumentar sus ingresos en ese sector.
“Es un proyecto que más que aumentar la cantidad de productor a exportar, eleva los valores económicos de la empresa y es un surtido más y un cliente más al que le vamos a llegar”, dijo en declaraciones a la televisión cubana, Ray Leonar Sánchez Ramírez, director de Tecnología y Calidad de EPICOL, quien subrayó que se trata de un producto de “alta demanda” en el mercado internacional.
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El directivo explicó que los estanques que se habilitan posibilitarán conservar durante 72 horas el crustáceo vivo para facilitar luego su traslado a los sitios receptores en el extranjero.
“Este es un producto que llega vivo y que se recupera después en un estanque y que el cliente la puede pedir a solicitud de la que él quiera comer”, enfatizó Sánchez Ramírez, quien explicó que el crustáceo se adormece y luego se empaca para su traslado.
La capacidad productiva de la instalación que se prepara -cuya inversión supera los dos millones de pesos- es de dos toneladas diarias, aunque el directivo insistió en que “todo dependerá de las solicitudes de los clientes”.
El consumo tanto de langosta como de camarones es un lujo entre los cubanos de a pie. Se vende a elevados precios en las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC).
La otra alternativa es el mercado negro y la pesca furtiva, esta última penalizada en 2020 por la nueva Ley de Pesca con multas de 5,000 pesos y decomisos.
El pueblo cubano se debe conformar con una escasísima oferta de pescados de agua dulce, como la claria o la tilapia, y croquetas de pescado.
En noviembre, autoridades de Cuba y China ya firmaron protocolos que permiten la exportación al mercado asiático del camarón blanco y el camarón marino, un manjar al que los cubanos residentes en la isla tienen difícil acceso.
En ese caso el acuerdo fue firmado por funcionarios de la Aduana china y por el embajador de La Habana en Pekín, Carlos Miguel Pereira, quien calificó el acuerdo de paso histórico en la cooperación económico-comercial y subrayó que “reforzará las grandes potencialidades existentes en el mercado chino para los productos pesqueros cubanos”.
El gobierno cubano también tiene en planes la exportación de la anguila. La isla exporta productos pesqueros a varios países, incluidos Canadá y España, aunque China se ha convertido en uno de los principales destinos en los últimos años.
Manuel Santiago Sobrino Martínez, ministro de la Industria Alimentaria, admitió en septiembre del 2021 que en Cuba hay un fuerte déficit de pescado y que su consumo está por debajo de los cuatro kilogramos al año por persona.
“Es un tema en el que hay que trabajar”, apuntó escuetamente en una polémica Mesa Redonda. Sobre productos como el camarón y la langosta, Sobrino Martínez dijo que son exportados para garantizar el dinero para la compra de los alimentos que el Gobierno comercializa a través de la libreta de racionamiento.
"Si nos damos el gusto de comer langosta y camarones faltará la leche de los niños", dijo entonces, en una afirmación que generó fuerte polémica.
En los últimos años, varios cubanos residentes en el extranjero se han mostrado disgustados tras encontrar langosta cubana de venta en supermercados de países como Italia, Chile o España, mientras los residentes en la isla no tienen acceso a ese producto.
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