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Ni siquiera en el Día de los Padres los cubanos se libran de los apagones. Para este domingo, la Unión Eléctrica (UNE) pronostica cortes de electricidad hasta la medianoche por déficit en la capacidad de generación.
La afectación máxima ocurrirá al mediodía, cuando habrá un déficit de 300 MW en el Sistema Electroenergético Nacional (SEN) según avisó la empresa estatal en un comunicado. En el horario del almuerzo dominical, las familias cubanas que hoy pretenden festejar a sus padres podrán verse afectadas por apagones.
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“Para el horario pico se estima un déficit de 143 MW, por lo cual, de mantenerse las condiciones previstas, existirán afectaciones en el servicio hasta las 23:30 horas”, añadió la UNE. Según la estatal, para ese horario se espera “una disponibilidad de 2,557 MW y una demanda máxima de 2,700 MW".
"A los padres, que acompañan las proezas cotidianas de #Cuba, las hogareñas y las laborales. ¡Muchas felicidades!", deseó el gobernante Miguel Díaz-Canel este domingo. El mensaje fue replicado por la UNE en sus redes sociales.
Este sábado la situación se comportó de manera crítica también, según los datos ofrecidos por la UNE, que siguen hablando de horas y mega watts, y no del número de personas a las que afectó el apagón, ni por cuánto tiempo.
“Ayer se afectó el servicio por déficit de capacidad de generación desde las 06:32 horas. La máxima afectación en el horario pico fue de 306 MW a las 20:50 horas. Mientras, a las 01:45 horas de este domingo quedó restablecido el servicio eléctrico en el SEN, que se comenzó a afectar nuevamente a las 06:38 horas”, indicó.
Con varias unidades de distintas centrales termoeléctricas fuera de servicio por averías y mantenimiento, el SEN ha sufrido además un aluvión de “atención gubernamental” desde que el pasado jueves Díaz-Canel reconociera en la televisión cubana el malestar de los cubanos que padecen prolongados apagones.
"Mientras se mantengan los apagones y sigamos sintiendo las molestias, seguirán las insatisfacciones y será difícil cambiar los estados de opinión", afirmó el también primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC).
Haciendo gala de su automatismo discursivo, el líder de la “continuidad” aprovechó para dejar claro que la situación es culpa del bloqueo y la injerencia estadounidense. "El país se enfrenta a una guerra comunicacional que busca desalentar al pueblo y ponerlo contra la revolución... La revolución está acosada por una jauría que apuesta por el estallido", declaró el gobernante.
Con el escalofrío que le provoca un “verano caliente”, el régimen cubano anda poniendo el parche antes que el descosido. Comparecencia especial en la televisión, recorrido gubernamental por las centrales eléctricas del país, admoniciones del siniestro Ramiro Valdés: la dictadura cubana se apresta para una “guerra comunicacional” y una represión eficaz en caso de que la situación en el país derive hacia otras jornadas de protesta como las del 11J.
La masiva protesta estudiantil en la Universidad de Camagüey y otra en la ciudad de Manzanillo, en Granma, sonaron en el Palacio de la Revolución como el toque de alerta de una población harta de apagones, falta de agua, comida y medicamentos; y que ya no cree en las “soluciones a corto, mediano y largo plazo” de sus ineptos, corruptos e ilegítimos gobernantes.
En esa cúpula del régimen hay muchos que son padres y que hoy estarán celebrando junto a sus hijos y familias, seguramente sin tener que sufrir ningún apagón, ni tener que pedir el último en una cola de horas para comprar algo de comida o bebida. Estaba avisado que sería así desde que se anunció el “fin de las gratuidades” con la llamada “tarea ordenamiento”.
"Nuestro pueblo es eminentemente revolucionario, con capacidad de sacrificio y con voluntad de hacer. Todo nuestro pueblo está en nuestras organizaciones políticas y de masas. (...) Los CDR juegan un papel determinante en la demanda energética", dijo en la televisión estatal Ramiro Valdés, el comandante que mandó a callar a Díaz-Canel con un gesto de su mano.
"Hay que ajustar la demanda a la oferta", sentenció el dirigente comunista en un alarde de conocimientos del manual de política económica del castrismo, que plantea la solución de “ajo y agua” (a joderse y aguantarse) para cada carencia o dificultad que recae sobre los cubanos por culpa de su gestión de la economía nacional a golpe de voluntarismo ideológico.
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