El gobierno cubano estableció medidas epidemiológicas para prevenir los posibles contagios de viruela del mono tras confirmarse un incremento de los casos de esta enfermedad en el mundo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la semana pasada que el brote de viruela del mono es una emergencia de salud pública de importancia internacional, al afectar a numerosos países.
El Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) decretó las medidas a cumplir en el país ante la amenaza epidemiológica. Las acciones tienen el objetivo de prevenir y enfrentar el riesgo de propagación a pesar de que aún no se reportan contagios en el territorio nacional.
La doctora Carilda Peña, viceministra de Salud Pública, dijo ante la Comisión Permanente de Salud y Deporte de la Asamblea Nacional que el gobierno reforzó la vigilancia epidemiológica en los puntos de entrada al país.
Además, la funcionaria confirmó que se capacitó al personal médico cubano para la detección de casos sospechosos entre los viajeros que llegan a la isla.
El protocolo médico incluyó la definición del flujograma (diagrama de flujo, consiste en crear un gráfico que representa la serie de procesos o grupo de actividades por medio de símbolos) de atención al enfermo con sospecha de la enfermedad.
También indicó que se determinaron las medidas de control de foco y definieron las unidades asistenciales para la atención de casos.
El gobierno cubano señaló que se establecieron normas de bioseguridad para pacientes, familiares y prestadores de servicios médicos. Están vinculadas al nivel de contagiosidad y la forma en que se propaga la enfermedad, según indicó la prensa oficialista.
La viruela del mono la causa un virus que puede transmitirse de animales a humanos y de persona a persona. Es endémica de países de selvas tropicales de África Central y Occidental, donde viven animales portadores del virus.
La OMS confirmó más de 16,000 contagio en 75 países donde este tipo de viruela no es endémica. Aseguran que no existe un vínculo claro entre los casos notificados y los viajes desde países endémicos ni ninguna relación con animales infectados.
Los síntomas suelen ser fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, poca energía, ganglios linfáticos inflamados y erupciones o lesiones en la piel, que aparecen entre el primer y tercer días de fiebre y pueden ser planas o ligeramente elevadas.
Las ampollas tienen un líquido transparente o amarillento, luego forman costras para secarse y caer. Su cantidad varía en cada individuo. Suelen aparecer en la cara, las palmas de las manos y pies, la boca, los genitales y los ojos.
La sintomatología de esta enfermedad puede durar entre dos y cuatro semanas. No requiere tratamiento, pero las autoridades sanitarias alertan que los pacientes recién nacidos, niños pequeños y personas con inmunodeficiencias corren riesgo de sufrir síntomas graves y morir.
La enfermedad se propaga a las personas cuando entran en contacto físico con un animal infectado. Los pacientes con la viruela del mono son contagiosos mientras tienen síntomas. Lo más infeccioso son las erupciones, los fluidos corporales (pus o sangre de lesiones en la piel) y las costras.
El virus también puede transmitirse en los objetos usados por los enfermos, de una mujer embarazada al feto a través de la placenta, mediante el contacto de un padre infectado con el niño durante o después del parto, y a través del contacto de piel con piel. Aún se investiga si las personas asintomáticas pueden transmitir la enfermedad.
Para disminuir el riesgo de contagio es importante limitar el contacto con personas que sospechen tener la enfermedad o sean casos confirmados. Además, los especialistas recomiendan alentar a la persona infectada a aislarse y cubrir cualquier lesión en la piel.
También es recomendable reducir el número de parejas sexuales y emplear medidas y prácticas de protección personal en concentraciones de personas.
Las personas contagiadas deben cuidar la erupción de la piel dejándola secar si es posible o, de ser necesario, cubrirla con un vendaje húmedo para proteger el área. No deben tocar las llagas en la boca o los ojos. Se pueden usar enjuagues bucales y gotas para los ojos, siempre evitando los productos que contienen cortisona.
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