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La venta en supermercados franceses de colas de langosta procedentes de Cuba provocó este sábado la reacción de una cubana que dejó un mensaje escrito a mano en la nevera donde se exhibía el producto.
“Hoy pasé por mi supermercado (en Francia) y cuando me encontré con estas colas de langostas de Cuba, no resistí y dejé un mensajito diciendo: 'El que compra ese producto enriquece la dictadura en Cuba'”, explicó en sus redes sociales la cubana junto a dos fotos.
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El mensaje, escrito en francés en el original, pretende concienciar a los consumidores de ese país acerca de la injusticia que supone que los ciudadanos cubanos no puedan disfrutar de pescados y mariscos autóctonos de la plataforma insular cubana, al ser considerados por el régimen “rubros” para la exportación y venta en dólares.
A mediados de septiembre de 2020, el ministro de la Industria Alimentaria en Cuba, Manuel Sobrino Martínez, explicó que al Estado le resultaba difícil distribuir alimentos como la langosta y los camarones porque el país estaba en una situación compleja.
"Si nos damos el gusto de comer langosta y camarones faltará la leche de los niños", comentó durante un programa de la Mesa Redonda, insistiendo en la necesidad de exportar estos productos para garantizar la canasta básica.
Según Sobrino Martínez, los cubanos pasarían “más trabajo con un grupo de productos que hay que garantizar con este dinero”. Dos años más tarde de su afirmación y ostentando todavía el cargo de ministro, los cubanos no pueden comprar leche, pan, carne, pescado o vegetales que garanticen una suficiente y buena alimentación.
“No renunciamos a comer langosta”, aseguró el ministro Sobrino. “No es que nosotros decimos que los cubanos no tenemos derecho a eso. Nosotros sí aspiramos a eso, a poderlo tener disponible para todos los cubanos, pero tenemos que tener conciencia de que estamos en una situación compleja", añadió.
A pesar de que el gobierno ha seguido exportando langostas y camarones, y sigue firmando contratos para aumentar su producción y venta en dólares, la población cubana ha visto mermar en estos dos años su capacidad adquisitiva con el "ordenamiento económico"; ha visto que los productos de primera necesidad se venden en tiendas MLC que aumentan su número a pesar de que el gobierno dijo que serían una cantidad limitada y por un tiempo acotado; y ha visto que las guayaberas de sus ministros siguen aumentando de talla, mientras sus harapos le quedan cada vez más más holgados.
Las denuncias de cubanos residentes en el extranjero que han visto crustáceos y otros productos cubanos a la venta en supermercados han aumentado en los últimos tiempos.
Mensajes como el que dejó esta cubana han sido dejados de puño y letra en otros establecimientos por cubanos indignados ante lo que consideran un agravio y un abuso hacia sus compatriotas en la isla, por parte de un régimen que ha capturado al Estado cubano y se apropia de la riqueza nacional.
En junio de 2021, un médico cubano residente en Chile criticó la exportación de langostas a otros países mientras el régimen obligaba a la población a hacer colas para comprar alimentos como el pollo.
"Estaba en el supermercado y vi un producto que me llamó la atención. Veo aquí una langosta que se llama 'del Caribe' y, cuando abro la cajita, vean de qué país es. ¡Cuba, la bella!", expresó el joven en sus redes sociales.
Pocos meses después de su denuncia, las autoridades cubanas se felicitaban por la firma de un protocolo con China para la exportación al mercado asiático del camarón blanco y el camarón marino, manjares a los que los cubanos residentes en la isla tienen difícil acceso.
En fechas recientes, medios oficialistas de la isla celebraron el plan de la provincia de Camagüey, por el cual esperan producir este año al menos 1,700 toneladas de camarones para la exportación.
Según datos oficiales citados por Granma en abril de 2019, los ingresos del régimen cubano procedentes de la exportación de langostas y camarones alcanzan la cifra de 63 millones de dólares anuales, una cuarta parte aproximadamente de la inversión que en octubre pasado el comandante Ramiro Valdés calculó necesaria para solucionar los problemas del sistema electroenérgetico nacional.
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