El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel se reunió este lunes con el CEO de la petrolera rusa Rosneft, el magnate ruso Igor Sechin, amigo cercano de Vladimir Putin.
“El presidente Díaz-Canel también sostuvo un encuentro este lunes con Igor Sechin, director ejecutivo de la empresa petrolera rusa Rosneft, a quien agradeció por los gestos que ha tenido hacia Cuba y que han marcado soluciones en tiempos difíciles”, indicó la Presidencia de Cuba en un tuit.
Díaz-Canel se reunió este lunes en Moscú con el expresidente y exprimer ministro ruso, Dimitri Medvédev, quien actualmente se desempeña como vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia.
Medvédev, que calificó de “intensa” la visita del gobernante cubano, reiteró que el gobernante cubano se entrevistará con el presidente Putin y con autoridades parlamentarias y partidistas rusas.
El gobernante cubano llegó en la noche del sábado a Moscú proveniente de Argelia, como parte de una gira internacional que lo llevará en los próximos días a Turquía y China.
Previo a su llegada, el viceprimer ministro cubano Ricardo Cabrisas Ruiz sostuvo un encuentro con su homólogo Dmitri Chernishenko. Durante la reunión se habló de proyectos conjuntos relacionados con la energía, así como la situación crediticia, financiera y bancaria de Cuba, entre otros asuntos.
En medio de una de las peores crisis energéticas que atraviesa Cuba, la gira de Díaz-Canel tiene como principal objetivo la búsqueda de soluciones a la precaria situación de la generación eléctrica en el país, afectada por la falta de liquidez, la imposibilidad de acceder a créditos y comprar combustibles, así como por la obsoleta infraestructura eléctrica que controla la empresa estatal Unión Eléctrica de Cuba (UNE).
"Luego de dos años bajo el impacto de la COVID-19 cruzamos nuevamente el Atlántico para realizar una gira intensa, en la que abordaremos temas esenciales para nuestro país, relacionados fundamentalmente con el sector electroenergético", escribió en Twitter el gobernante antes de iniciar su gira.
En su visita a Argelia Díaz-Canel se fue con la cancelación de todos los intereses pendientes de la deuda de Cuba, así como el aplazamiento de su “reembolso” hasta nuevo aviso. Además, Argelia ofreció una central eléctrica solar para contribuir a paliar la crisis energética, así como reanudar el abastecimiento de hidrocarburos.
Meses atrás, el gobernante cubano prometió que a partir de diciembre comenzarían a disminuir los apagones en Cuba, a raíz de un plan de inversiones con el apoyo de países como Rusia.
El encuentro este lunes con Sechin, al que los medios rusos lo llaman “Darth Vader”, apunta a la firma de nuevos acuerdos en materia de energía. Conocido entre los diplomáticos destinados en Moscú como “el cardenal gris del Kremlin”, Sechin (61 años) ha sido considerado durante mucho tiempo el segundo al mando no oficial de Putin.
La lealtad inquebrantable de Sechin hacia Putin durante las últimas dos décadas lo ha hecho extremadamente rico. Según Forbes, es difícil saber con precisión el monto de su fortuna, ya que es casi tan opaca como la de Putin, sin rastro de papel más allá de sus acciones en Rosneft que cotiza en bolsa.
Aún así, la publicación calcula que esta asciende a unos 800 millones de dólares. Las sanciones de la Unión Europea tras la invasión rusa a Ucrania y la incautación de dos yates valorados en más de 600 millones de dólares podrían haber dejado a Sechin en el dique seco.
En marzo de 2020, la empresa estatal Rosneft, la más poderosa corporación petrolera de Rusia, anunció el cese de todas sus operaciones en Venezuela y la liquidación de los activos relacionados con operaciones en el territorio sudamericano.
La decisión estuvo vinculada al endurecimiento de las restricciones financieras a Venezuela por parte de la administración Trump, que colocó a una subsidiaria de la petrolera rusa Rosneft en la lista negra, argumentando que actuaba como salvavidas del dictador Nicolás Maduro.
En diciembre de 2017, el dictador Raúl Castro recibió en La Habana a Igor Sechin. En mayo de ese año, Rosneft envió a la isla 250.000 toneladas de petróleo y combustible diesel (unos dos millones de barriles), en virtud de un contrato con la empresa cubana Cubametales, para cubrir el vacío dejado por Venezuela.
Los envíos de petróleo y sus derivados rusos a Cuba se reanudaron después de que, a finales de 2016, Castro pidió a Putin que asegurara el suministro a la isla, ante la reducción de los despachos desde Venezuela, debido a la crisis económica en el país suramericano. El acuerdo suscrito se estimó en valor aproximado de 100 millones de dólares.
A finales de 2019 se conocía que Rosneft y la también estatal, Zarubezhneft, trabajaban en proyectos encaminados a mejorar la eficiencia de los “campos petroleros maduros” en Cuba, y estudiaban la posibilidad de desarrollar conjuntamente el llamado “Bloque 37” de la plataforma cubana.
En particular, Zarubezhneft y la compañía cubana Cupet trabajaron en un proyecto conjunto en el yacimiento de Boca de Jaruco, que permitiría la obtención en la Isla de hasta 3.700 millones de toneladas del pesado crudo cubano.
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