Una doctora cubana que arribó a Brasil en 2013 como parte del programa Mais Médicos sobrevive con ayudas y cuidando ancianos.
La santiaguera Mariela Ambruster Almenares, de 53 años, viaja esporádicamente entre las ciudades de Nova Fátima y Nordestina, a unos 227 kilómetros de Salvador de Bahía, cuidando ancianos para pagar las cuentas y ayudar a su familia en Cuba, explica un reportaje del sitio de noticias brasilero globo.com.
Ambruster Almenares trabajó con Mais Medicos, el programa gubernamental que llevó a profesionales cubanos a ese país sudamericano, en la atención primaria de salud en Nova Fátima, una ciudad con una población estimada de 8.120 personas en 2021, de 2013 a 2016.
Como otros médicos se quedó en Brasil después de la cancelación por el Gobierno de la isla de Más Médicos, y ahora para mantenerse vinculada a su profesión promueve charlas gratuitas para jóvenes, adultos y ancianos sobre la prevención de enfermedades y la importancia de la mamografía y los exámenes preventivos y de próstata.
Esta doctora cubana ha intentado en cuatro ocasiones sin éxito que se le reconozca su diploma, a través del Examen Nacional de Revalidación de Títulos de Médicos Expedidos por una Institución de Educación Superior Extranjera (Revalida).
“Un abogado está tratando de resolver la situación con mi diploma, para que algún día yo pueda trabajar como médico aquí en Brasil, que es lo que soy, lo que sé hacer”, confiesa.
La negativa gubernamental a revalidarle el título se escuda en la misma justificación: “"Dicen que todas las vacantes ya fueron ocupadas por brasileños que estudiaron en universidades de otros países”.
Aunque, cuando el gobierno cubano dio por terminado el programa Mais Médicos en 2018, aduciendo conflictos con el gobierno de Jair Bolsonaro, muchos profesionales cubanos decidieron abandonar Brasil, pero Mariela se quedó pues pretendía casarse con un brasileño.
Actualmente, gracias a la generosidad de amigos ha podido pagarse incluso cursos de auxiliar de farmacia, pero su inserción en el mercado laboral brasileño ha sido difícil.
Mariela vio cómo moría el brasileño con el que se iba a casar y cómo su exposo, furioso con el final de la relación le quemo el original de su título de doctora. Ahora el gobierno brasilero no le reconoce una copia del diploma.
El caso de Mariel no es único. Otros médicos cubanos que se quedaron en Brasil después de la cancelación por el Gobierno de la isla del programa Mais Médicos, han tenido que aceptar trabajos muy por debajo de su cualificación.
Un reporte de 2019 recogía los casos de Karel Sánchez, de 35 años, y Raúl Duran, de 39, ambos holguineros, quienes estaban cobrando un tercio menos de lo que ingresaban cuando estaban ese programa.
Sánchez trabajó como carga maletas en el Aeropuerto Internacional de São Paulo y luego como pintor y asistente de construcción en una zona céntrica de esa ciudad.
Por su parte, Duran consiguió en el municipio Indiaroba, del estado Sergipe, un puesto de inspector sanitario en el Ayuntamiento.
El pasado lunes, el gobierno de Brasil relanzó el programa Más Médicos, dando prioridad a especialistas nacionales; sin aclarar la participación de galenos alquilados a Cuba.
Lula da Silva prometió ofrecer trabajo a los galenos cubanos que se quedaron en Brasil, sin embargo, un especialista contó que el acceso no estaba siendo fácil.
Yoandris Sánchez Sánchez, especialista en Medicina General Integral, relató las trabas burocráticas impuestas por el gobierno brasileño para impedirle acceder al sistema de inscripción, y sospecha que pueda haber alguna influencia por parte del régimen cubano.
Durante el gobierno de la expresidenta Dilma Rousseff, Más Médicos se responsabilizó de la atención primaria en 1,039 municipios, contó con más de 18 mil profesionales y se beneficiaron unos 63 millones de ciudadanos, según datos oficiales.
Organizaciones como Archivo Cuba presentaron denuncias ante organismos internacionales acusando al régimen de practicar la trata de humanos y obtener beneficios económicos por el alquiler de sus médicos a quienes les paga solo una parte de los salarios conveniados.
En febrero, el Consejo Regional de Medicina del Estado de Río de Janeiro (CREMERJ) presentó una acción civil pública para intentar impedir que se contraten a especialistas cubanos sin revalidación y así prevenir que regresen galenos sin registro en el sistema brasileño.
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