El régimen cubano confirmó la próxima asistencia del gobernante Miguel Díaz-Canel a la semana de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que se celebrará a mediados de septiembre en Nueva York.
Llama la atención el medio elegido para hacer oficial el anuncio del polémico viaje a Estados Unidos. No han sido ni la Cancillería ni la Presidencia los encargados de dar la noticia, sino la página Razones de Cuba, citando al perfil anónimo del oficialismo “Guerrero cubano”.
Señalado por la oposición y sociedad civil cubana como el responsable de la “orden de combate” que desató la represión sobre los manifestantes que participaron en las históricas protestas del 11J en Cuba, cubanos en el exilio denuncian la presencia de Díaz-Canel en el foro de la ONU.
Activistas, líderes opositores en el exilio y políticos cubanoamericanos se movilizaron con la revelación del Miami Herald sobre las intenciones del régimen de enviar a Nueva York a una delegación encabezada por el gobernante designado por el dictador Raúl Castro.
“Estoy consternado por el apaciguamiento de adversarios peligrosos por parte de la Administración Biden y la recompensa a los violadores de los derechos humanos, esta vez concediendo el privilegio especial de entrada de Estados Unidos a Díaz-Canel y al resto de su 'delegación' de matones, particularmente después de la expulsión de diplomáticos cubanos-espías durante las últimas dos décadas desde las misiones en Nueva York y Washington DC”, dijo a finales de agosto el congresista cubanoamericano Mario Díaz-Balart.
Por su parte, la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar consideró “lamentable que camine por tierras de libertad quien sigue aplastando con su bota al pueblo cubano”, en referencia a Díaz-Canel.
“En la ONU, el dictador Díaz-Canel le mentirá al mundo libre, esconderá los crímenes del régimen y culpará a otros del desastre cubano, como hicieron los Castro y el Che Guevara”, señaló la republicana.
Líderes opositores y activistas por la democracia y los derechos humanos en Cuba denunciaron en redes sociales la asistencia a la Asamblea General del cabecilla de un régimen que tiene a varios de sus principales represores institucionales sancionados por el gobierno de Estados Unidos.
A finales de julio de 2021, el gobierno de Estados Unidos declaró que sancionaría a los funcionarios cubanos responsabilizados con la represión y las violaciones de derechos humanos contra los manifestantes pacíficos.
Poco después de las protestas del 11J, el Departamento de Estado anunció una medida similar contra el ministro de las Fuerzas Armadas de Cuba, general Álvaro López Miera, y la Brigada Especial del Ministerio del Interior (MININT), sustentada en la Ley Magnitsky contra violadores de derechos humanos.
También se sancionó a la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y sus principales jefes, congelando sus bienes bajo jurisdicción estadounidense y la prohibición de visados para viajar a Estados Unidos. Asimismo, cinco funcionarios relacionados con juicios y sentencias injustas y encarcelamiento a manifestantes del 11J también fueron sancionados.
Pasado un año del estallido, Estados Unidos anunció la imposición de restricciones de visado a 28 funcionarios cubanos, entre ellos altos cargos del Partido Comunista que participaron en la represión, así como a trabajadores de los medios de comunicación estatales que restringieron el acceso a la información.
Ninguna de estas restricciones afecta directamente al gobernante Miguel Díaz-Canel, a pesar de haber sido el principal responsable de la represión que mantiene a más de mil presos políticos en Cuba, además de ostentar el cargo de “comandante en jefe” de todas las fuerzas represivas del país y el de primer secretario del Partido Comunista de Cuba.
“La contrarrevolución no ceja en su empeño de dañar a Cuba y a su pueblo, tanto a lo interno como en el contexto internacional”, señaló Razones de Cuba revelando presuntos planes de exiliados cubanos para denunciar la presencia de Díaz-Canel ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, adonde asistiría como representante de la presidencia del Movimiento G-77 más China.
De no resultar impedimento alguno, si Díaz-Canel aterriza en Nueva York a mediados de mes, la agenda del gobernante engrosará con otro compromiso internacional en un año que ha resultado particularmente intenso a bordo de la aeronave de Conviasa (venezolana), en la que ha recorrido decenas de miles de kilómetros en calidad de jefe de Estado.
El gobernante, que ha estado 47 días fuera del país desde noviembre pasado, ha pasado uno de cada siete días viajando por el mundo mientras los problemas crecen y se acumulan en Cuba, evidenciando la incompetencia del gobierno y la carencia de un proyecto político económico para atajar una crisis en Cuba que no hace más que agravarse.
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