Un cálculo reciente de la agencia Reuters indicó que Cuba ha recibido un suministro adecuado de combustible para cubrir sus necesidades internas, a pesar de las declaraciones del gobierno cubano asegurando que atraviesan una crisis que les impide incluso generar la energía eléctrica que demanda el país.
Según la agencia, la economía cubana requiere alrededor de 125,000 barriles diarios (bpd) de combustible, incluyendo gasolina, diésel y fueloil para la generación de electricidad. Basándose en datos oficiales, Reuters afirmó que el régimen cubano parece tener asegurado su abastecimiento de combustible.
Datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) de 2021 indican que Cuba produce internamente aproximadamente 40,000 barriles de petróleo por día (bpd), principalmente destinado a la generación de energía. Además, el país recibe 57,000 bpd de crudo y combustible de Venezuela, junto con unos 23,000 bpd provenientes de México.
En total, el país estaría recibiendo alrededor de 129,000 bpd, lo que supera sus necesidades declaradas.
Cuestionadas con estos datos, las autoridades cubanas no respondieron a las solicitudes de Reuters para aclarar la discrepancia entre los cálculos de la agencia y sus propias declaraciones sobre déficits de combustible.
Jorge Piñón, director del Programa de Energía para Latinoamérica y el Caribe de la Universidad de Texas, sugirió a la citada agencia que la discrepancia puede deberse a problemas internos de infraestructura, logística y capacidad de refinación.
En opinión del experto, Cuba ha experimentado desafíos como el incendio que destruyó una parte importante de la terminal de almacenamiento de petróleo en Matanzas en 2022, motivo por el cual el país ha recurrido a terminales más pequeñas y almacenamiento flotante para mantener su suministro.
Piñón también destacó que los apagones recientes sugieren problemas tanto en la producción de combustible como en la generación de energía, además de desafíos logísticos.
En respuesta a la supuesta crisis del combustible, el gobierno de Miguel Díaz-Canel propuso a finales del año pasado un aumento significativo de los precios subsidiados del combustible (más de un 500%), con el objetivo de frenar la demanda y recaudar fondos para adquirir mayores volúmenes.
Declaraciones de ministros, “cuadros” y artículos de la prensa al servicio de Palacio han achacado una y otra vez los apagones en Cuba a la escasez de combustible. Incluso las Asambleas de rendición de cuentas fueron suspendidas a mediados de octubre con este pretexto.
Sin embargo, en otras ocasiones han señalado que contaban con el combustible necesario (importado o de extracción propia) para evitarlos, pero no lo han conseguido y estos se vienen incrementando a lo largo de este año.
En abril de 2023, el experto de la Universidad de Texas cuestionó las justificaciones del régimen cubano ante la crisis de combustible en el país y descartó que el problema esté en el suministro, la deficiencia de las refinerías o en la capacidad de almacenamiento del crudo.
Según Piñón el gobierno cubano podía haber estado vendiendo al mercado internacional más gasolina de lo habitual y comprometiendo el consumo en el país. En ese sentido, declaró que le sorprendieron las declaraciones del ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, achacando la crisis a la imposibilidad de los suministradores de "cumplir con los compromisos que tenían" con Cuba.
Además, llamó la atención sobre la contradicción entre el agravamiento de la crisis anunciado por el gobierno cubano y el incremento del envío de combustible desde Venezuela en los tres primeros meses de 2023.
"Es posible… Ha pasado en otros años, y es posible que ahora Cuba esté exportando gasolina, una vez más, para generar las divisas que necesita", comentó el académico quejándose de falta de transparencia en la información oficial.
Apenas 72 horas después de este análisis de Piñón, la empresa estatal Cuba Petróleo (CUPET) negó que estuviera exportando gasolina.
"No podemos permitir que se tergiversen las cosas, ni crear más inconformidades de las que ya tenemos con los desabastecimientos que sufrimos todos, y que trabajamos para disminuir lo antes posible", dijo el director general de CUPET, Néstor Pérez Franco.
En ese sentido, llaman la atención las declaraciones de julio de 2016 (cuando empezaba a fraguarse en la narrativa del régimen la “coyuntura económica”) del entonces ministro de Economía, Marino Murillo, indicando que la economía cubana tenía dificultades con la liquidez “por la caída de los precios internacionales del níquel y del petróleo”.
¿Qué petróleo vendía Cuba entonces? ¿No sería acaso el mismo que podría estar vendiendo ahora?
Salvando las diferencias de origen (Venezuela o México), ¿acaso el régimen cubano no estará declarando ahora una escasez irreal mientras vende el combustible para “corregir distorsiones y desequilibrios macroeconómicos”?
Teniendo en cuenta la opacidad de los informes gubernamentales, sus antecedentes y la naturaleza parasitaria de un régimen al que le importa más perpetuarse en el poder que el bienestar de los cubanos, los cálculos de la agencia Reuters pudieran estar perfectamente sustentados por una política económica real basada en la lógica del “racionamiento” comunista: hay, pero no te toca.
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