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"El dólar va a seguir subiendo y no tiene límite en el corto plazo". Así de contundente se muestra el economista cubano Miguel Alejandro Hayes, que considera que "todas las condiciones que generan el aumento del dólar siguen presentes". "¿Hasta dónde? Hasta donde las variables que hacen la presión para que aumente continúen, que son la escasez por un lado y la presión importadora que está ejerciendo el sector privado importador, que deriva en un aumento de la demanda", señaló a preguntas de CiberCuba.
"Estamos hablando del aumento generalizado de la escasez, lo que genera una presión hacia el consumo en dólares. La escasez de oferta en pesos cubanos condiciona que la gente prefiera cada vez más el dólar. Por otro lado, la presión importadora, la apertura discreta y directa a ese sector privado tutelado y comprometido para no enfrentarse con el Gobierno, está aumentando de manera significativa esas importaciones y eso hace que aumente la demanda de divisas. Por tanto es una presión para el encarecimiento de la oferta. O sea, el aumento de la tasa de cambio se da al mismo tiempo que no está aumentando la oferta de dólares en el mercado informal, producto de que no aumentan el turismo y las remesas de manera significativa. No existe una restricción formal al aumento de la tasa de cambio, más allá de la propia circulación monetaria en pesos cubanos. Sin embargo, creo que esto es una variable que no va a determinar mucho. En resumen, puede seguir subiendo", recalcó Hayes.
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A la pregunta de CiberCuba sobre cómo se puede corregir esa subida del dólar, el economista señaló que desde el punto de vista ciudadano no hay ninguna opción. "Es una utopía, en el caso de Cuba, desde el punto de vista ciudadano, lidiar con la inflación porque tarde o temprano ese proceso recae sobre ti. Y cuando uno sube el precio de sus servicios, los otros van a hacer lo mismo. Las alternativas recaen, obligatoriamente, desde el punto de vista moral, político y legal sobre las autoridades económicas del país, en última instancia y el Gobierno no tiene ahora mismo ningún instrumento posible de política económica convencional para resolver el problema de la inflación".
Justo esta semana, por tercer día consecutivo, el euro escaló hasta los 340 pesos la unidad, un precio récord desde 2019. El dólar le sigue de cerca: se compra a 330 pesos y se vende a 333. Esto apunta a que una posible subida en las próximas horas. La moneda libremente convertible (MLC) está en 275 pesos.
En opinión de Hayes, el Estado carece de "capacidad para generar una política monetaria que permita reducir la tasa de cambio. En otras palabras, el Gobierno cubano no tiene oferta de divisas ni forma de acceder a una oferta de divisas para que, a través del Banco Central, se pueda aumentar de manera oficial la oferta y que caiga la tasa de cambio. Mas bien el Gobierno cubano ha hecho, entre comillas, política monetaria y cambiaria que van en el sentido contrario a una reducción de la tasa de cambio. De ahí la depreciación y la devaluación, que son dos cosas diferentes, del peso cubano", insiste el economista.
Hayes señala, además, que desde el punto de vista de la política fiscal, de la política económicamente activa, el Gobierno tampoco puede hacer nada porque no tiene presupuesto para hacerlo". Eso se debe, explica, a la existencia de "un sistema empresarial destruido y a que tampoco tiene un ecosistema económico, una infraestructura de la economía, sean leyes o infraestructuras en el sentido tradicional de la palabra, el sistema eléctrico, por ejemplo, como para que exista algún tipo de actor económico que responda de manera eficiente a una política productiva que termine retrocediendo la depreciación del peso cubano. El Gobierno cubano no puede operar ni en lo monetario ni en lo productivo. No hay alternativas", recalcó.
Consultado por la salida de millones de pesos cubanos de la Isla, denunciada por Aduana de Cuba, el economista asegura que ya ocurrió algo similar en el período CUC, cuando "prosperaron y florecieron cadecas privadas (casas de cambio) en Panamá, en México y en Miami. Me constan esos tres casos. El objetivo de todo eso es tener una casa de cambio privada y obtener las ganancias que obtienen todos los que tienen un negocio de ofrecer y cambiar dinero. Es decir, vender a un precio y cambiar a otro. Esto no es nada relevante. Es parte de la modernización y sofisticación del mercado informal que, para mí, es eficiente. Responde a un proceso nato de la economía que es la proliferación en espacios en los que habitan cubanos que hacen cambio de dinero. Encuentran un nicho de mercado y generan el negocio al lado de ellos. De hecho, estaba demorando ya demasiado que esto fuera una noticia y un fenómeno perceptible por la prensa y la opinión pública. En resumen, la explicación de esto es que no es más que el proceso natural de modernización y ampliación del mercado informal cubano. Todo ese tejido de agentes económicos y actores económicos. Yo diría que es parte del proceso de maduración del mercado informal de divisas, que es el único real con el que pueden interactuar los actores económicos privados".
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