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En un pronunciamiento esperado, el Vaticano ha reafirmado su doctrina en contra de la maternidad subrogada y los cambios de sexo.
A través de un documento titulado Dignitas Infinita elaborado por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, la Santa Sede ha delineado una serie de lo que considera "graves violaciones" a la dignidad humana, equiparando estas prácticas con el aborto y la eutanasia, valores siempre criticados por la Iglesia católica.
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El documento, aprobado por el Papa Francisco a finales de marzo, ha sido fruto de cinco años de trabajo y busca ofrecer claridad sobre los principios fundamentales que la Iglesia católica sostiene respecto a la dignidad humana.
Acorde a lo publicado en La Vanguardia, se rumoreaba sobre la existencia de este texto desde hace algún tiempo, y recientemente fue confirmado por el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, prefecto de la Doctrina de la Fe y cercano aliado del Papa Francisco.
La Iglesia católica denuncia la maternidad subrogada, una práctica calificada como "deplorable" por el Papa Francisco en enero, quien ha instado a la comunidad internacional a prohibirla universalmente.
Según el Vaticano, esta práctica convierte al niño en un mero objeto y atenta contra la dignidad tanto del infante como de la mujer, quien es reducida a un medio para satisfacer los deseos de otros.
Con la aprobación en 2022 del Código de las Familias, en Cuba se estableció el marco legal para contemplar la llamada "gestación solidaria", que incluye a personas solteras y parejas del mismo sexo, además de otras normas que incluyen, entre otros asuntos, el matrimonio igualitario y la adopción homoparental.
En cuanto a los cambios de sexo, el documento vaticano señala que, en general, estas operaciones pueden atentar contra la dignidad única que cada persona posee desde el momento de la concepción.
Aunque hace una excepción para aquellos casos de anomalías genitales evidentes al nacer o desarrolladas posteriormente, donde la intervención médica sería considerada como no constitutiva de un cambio de sexo.
Además, la Santa Sede alza su voz en contra de la llamada ideología de género, argumentando que esta pretende negar la diferencia sexual entre los seres vivos y busca imponerse como un pensamiento único que afecta incluso la educación de los niños.
El documento también reitera la posición de la Iglesia católica contra el aborto, la eutanasia y el "descarte" de personas con discapacidad, al tiempo que incluye temas importantes para el pontificado de Francisco, como la pobreza, los migrantes y la trata de seres humanos.
A tono con su postura tradicional respecto a la dignidad humana, el pronunciamiento del Vaticano rechaza prácticas que considera contrarias a los principios fundamentales de la fe católica y que, a su juicio, atentan contra la integridad y la dignidad de las personas.
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