Un hombre que casi resultó linchado por vecinos de Santiago de Cuba que lo confundieron con un ladrón, ofreció su versión de los hechos a través de las redes sociales, declarándose inocente y achacando lo sucedido a un malentendido.
“Soy un trabajador, fue un malentendido”, aseguró Ramón Moya Ramírez, quien resultó blanco de la ira popular por un incidente que la muchedumbre interpretó como un robo, y por el que los vecinos lo capturaron, lo amarraron a un poste y fue víctima de un trato violento.
Moya Ramírez se encontraba de paso por la calle Bervedere cuando, según su versión, encontró dinero tirado en la calle. Al no ver a nadie a su alrededor, el hombre lo recogió, pero justo en ese momento apareció otro individuo que reclamó el dinero y que no le dejó explicarse.
Acorde a su relato, el hecho llamó la atención de vecinos que lo rodearon y le hicieron todavía más difícil ofrecer sus explicaciones. La ira de una población cansada del aumento de robos y la criminalidad en las calles de Cuba se canalizó a través del suceso, motivo por el cual terminó siendo “juzgado” por la multitud como un ladrón, y amarrado a un poste a la espera de que llegara la policía.
“Se juntó todo el mundo y entonces los vecinos empezaron a tirar piedras y demás. Yo realmente no me he metido en ninguna casa a robar a nadie, yo no soy ladrón. Pero el pueblo no me dejó explicar la situación. Ellos lo que hicieron fue amarrarme, a esperar que viniera la policía. Y resulta que el perjudicado fui yo, porque ahí me robaron el teléfono”, contó Moya Ramírez.
En sus explicaciones, compartidas a través de la página de Facebook del periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada, el hombre precisó que es plomero de profesión y que se ganaba la vida con su trabajo, no robando a nadie.
“Muchas personas me escribieron contando sus vivencias y elogiando al señor que, calificaron como ‘buen hombre y de buena familia’”, señaló Mayeta Labrada en su publicación.
Según Moya Ramírez, en las redes circularon videos del momento en que lo capturan y amarran a un poste, pero no de lo sucedido luego, cuando finalmente los propios vecinos decidieron soltarlo luego de escucharle y darse cuenta del error.
“Yo no soy ladrón, soy una persona de trabajo. Soy plomero. Y yo no me he encargado de robar a nadie. Yo me dedico al trabajo”, subrayó el hombre, visiblemente apenado por el malentendido que proyectó una imagen de él equivocada en las redes sociales.
A pesar del empeño de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) por lavar su imagen, esta se deteriora progresivamente con el aumento de la delincuencia, la violencia y la impunidad en Cuba.
La percepción de la población no se corresponde con la imagen que intenta proyectar el régimen acerca de sus fuerzas represoras. De ahí que se repitan, cada vez con más frecuencia, las escenas de turbas exaltadas de vecinos que atrapan in fraganti a ladrones, a los que amarran y llegan a golpear en ocasiones.
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