Cubanos cruzan la Bahía de Matanzas a nado “motivados por Fidel”

“Es un reto a la voluntad humana de vencer, sentimiento que inculcó en las diversas generaciones de cubanos el Comandante en Jefe Fidel, quien desafió a su tiempo y lideró una Revolución triunfante en enero de 1959”, expresó el ganador de la prueba.


El Cruce de la Bahía de Matanzas, uno de los eventos deportivos masivos más importantes de la ciudad, reunió este sábado a 74 nadadores que reeditaron el evento de aguas abiertas “motivados por Fidel Castro”.

Los nadadores partieron de la antigua Capitanía del Puerto hasta la Playa el Tenis y completaron un recorrido de 2,5 kilómetros que conquistó Alberto Javier Oliveros Pérez, ingeniero de la Empresa de Telecomunicaciones S.A (ETECSA).

Captura de pantalla Facebook / Rogelio Valdés

El evento, organizado por el Club de Aguas Abiertas Los Cocodrilos del Tenis y las autoridades locales, alcanzó su edición número 54 y reunió a nadadores entre 12 y 82 años de edad.

Según la emisora oficialista Radio 26, el ganador expresó que la prueba “es un reto a la voluntad humana de vencer, sentimiento que inculcó en las diversas generaciones de cubanos el Comandante en Jefe Fidel, quien desafió a su tiempo y lideró una Revolución triunfante en enero de 1959”.

El titular de la noticia elegido por la emisora oficialista no tiene desperdicio: “Fidel motiva a nadadores al cruce de la bahía de Matanzas”.

El dictador que se mantuvo 47 años en el poder y creó un régimen totalitario que acabó con las libertades cívicas y políticas en la Isla, efectivamente “motivó” las peligrosas travesías que realizaron miles de cubanos en las peligrosas aguas del Estrecho de Florida en embarcaciones precarias, y en la que perdieron la vida una cifra incontable de ellos.

Pero Oliveros Pérez tenía apenas 25 años cuando murió el dictador y no había nacido cuando el éxodo del Mariel.

Su puesto de trabajo en ETECSA, propiedad del Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), en poder de los militares de la dictadura, le exige atenerse a un viejo y anacrónico guion en el que el comandante en jefe es el padre de todas las victorias.

Aún convertido en ceniza y encerrado en una piedra de 48 toneladas, el “espíritu motivador” del dictador es capaz de impulsar a nadadores de aguas abiertas.

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