El ministro cubano de la Industria Alimentaria (MINAL), Alberto López Díaz, reconoció que el gobierno no puede suministrar las cantidades de leche previstas para satisfacer la canasta familiar normada, porque no se cumplen con los objetivos de producción en el país.
Sin especificar qué factores inciden en el incumplimiento, el ministro aludió a la crisis energética como uno de los principales problemas del acopio de leche de los ganaderos, explicando que los apagones afectan a la cadena de producción y que, en ocasiones, provocan la descomposición del alimento.
“La leche muchas veces viene ácida porque no hay corriente en el termo, porque no llegó a tiempo cuando salió, porque el combustible físico se atrasó. Y cuando llegó la materia prima a la industria, también hay apagón en la industria y, por lo tanto, ese ciclo de producción también impacta en la calidad del producto”, explicó López Díaz.
Entre justificaciones vagas y argumentos propios de la propaganda del régimen, el titular del MINAL reconoció que en lo que va de 2024, en el país se han acopiado 44 millones de litros de leche, de los 326 millones que estaban planificados (menos del 15%).
Una vez más, el ministro culpó a los trabajadores del ministerio de Agricultura (MINAGRI), que dirige Ydael Pérez Brito. “No hemos podido acopiar [la leche] por varios factores propios de la agricultura que pasan, insisto, por algunas cosas subjetivas como tenemos nosotros, pero que también tienen ver con eso”, balbuceó López Díaz en su comparecencia el jueves en el programa Mesa Redonda de la televisión oficialista.
“Estamos haciendo un esfuerzo extraordinario -lo digo así no como justificación- para nosotros tratar de garantizar… conducidos por la máxima dirección del país… y para nosotros es un dolor cuando no cumplimos… desgarra… Y todos los días, los más de 100 mil trabajadores afiliados que tiene el MINAL… pero la canasta básica es la prioridad de este ministerio”, añadió.
La culpa de la improductividad del MINAL no es de su principal gestor, sino del MINAGRI y del ministerio de Energía y Minas (MINEM) que dirige Vicente de la O Levy, además de “otros factores”, como el “bloqueo”.
“Tenemos las condiciones, la capacidad instalada y la fortaleza de contar con una capacidad creada por la Revolución en todas las provincias. Tenemos industrias de producción de alimentos, tenemos una capacidad instalada para producir más de un millón de toneladas en el país, [pero] no tenemos la materia prima”, dijo López Díaz en un momento de su intervención.
“Si apareciera la materia prima, empezamos a transformar”, aseguró mientras pasaba la “papa caliente” a su homólogo Pérez Brito.
El régimen cubano se escuda en el embargo estadounidense para justificar la ruina de su gestión económica, basada en la “centralidad de la empresa estatal socialista”, la planificación centralizada y la captura de los sectores de la economía dolarizada por parte de una élite corrupta de burócratas del Partido Comunista y altos mandos militares.
El fracaso del llamado “ordenamiento económico” del gobernante Miguel Díaz-Canel ha tenido en la actual crisis energética un catalizador más de la debacle económica que sufre la población.
Al malestar que causan los apagones en los hogares cubanos se suman los efectos del colapso de la infraestructura eléctrica en la industria y la economía nacional.
En un país donde un kilo de leche en polvo llega a costar hasta 2,000 pesos (siendo el salario mínimo de los cubanos 2,100 CUP), los niños mayores de dos años no reciben cuota de leche por la libreta de abastecimiento -como tampoco enfermos, embarazadas y personas mayores-, la noticia de que la escasa producción de leche nacional se descompone por los apagones agudiza la indignación de la población, y aumenta la distancia y la desconexión entre los gobernados y sus ineptos gobernantes.
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