Familias de médicos cubanos que laboraron en el exterior como parte de las llamadas “misiones internacionalistas” denunciaron la pasada semana que las viviendas que el Gobierno les construyó hace cinco años no cuentan con el servicio de agua corriente.
“Hace cinco años que estamos en esta agonía. En vez de un premio, lo que recibimos fue una larga y agobiante condena”, escribió a Juventud Rebelde la galena Milagros Íñigo Pérez, residente de un complejo de viviendas para profesionales de la salud en Ciego de Ávila.
Los vecinos de estos inmuebles, ubicados en la calle Novena del reparto Díaz Pardo, han cumplido misiones de colaboración en Venezuela desde 2003, y el Estado les construyó y vendió las viviendas prometidas luego de una larga espera.
Pero les entregaron los habitables sin agua y sin otros servicios como el de telefonía, indicó Milagros. A los profesionales les envían una pipa de agua, dos veces y hasta una en la semana, para un edificio de ocho apartamentos.
“Eso llamando y llamando de teléfonos que no tenemos, porque los prometieron y jamás los han instalado”, señaló.
Milagros refiere que, según les dicen, ahora no hay combustible o están rotas las pipas. Los lugareños se ven obligados a trasladarse a casas de amigos a lavar, cocinar y asearse “pues hay que seguir trabajando, y los pacientes no tienen la culpa”.
El problema, aseveró, es de conocimiento de Acueducto y del gobierno provincial, pero “aquí no da la cara nadie”.
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