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El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, confesó en su primera entrevista concedida que Raúl Castro, además de ejercer como primer secretario del Partido Comunista, está pendiente de todo lo que hace el actual gobierno.
De hecho el mandatario reveló que habla "prácticamente todos los días" con él. "A veces estoy sintiendo que es como un padre que me está guiando y que a la vez nos está dejando caminar, hacer sin dejar de cumplir sus funciones y su jerarquía como (primer) secretario del Partido", afirmó ante Telesur.
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"El pueblo cubano está muy consciente de que Raúl está presente, está activo y está siempre al tanto, de todo lo que está sucediendo", añadió ante la presidenta de la cadena estatal, Patricia Villegas.
Detalló, además, que Castro está pendiente de "con qué intensidad" él trabaja, así como "de todo lo que se hace", y "aconseja de manera muy sincera y sin el menor atisbo de una vanidad, de imponer o de limitarnos en algo".
"Él está pensando también en la continuidad de la revolución, en el futuro de la revolución, cuando generaciones que ninguna, ni la mía ni las futuras, van a tener el mérito histórico que pudieron alcanzar Fidel (Castro), Raúl y la generación que ellos lideraron", señaló.
Estas declaraciones no suponen una sorpresa ya que Díaz-Canel, durante su discurso de investidura, ya anticipó la influencia que tendría su antecesor. "Raúl Castro encabezará las decisiones trascendentales de presente y futuro", indicó en este sentido el pasado 19 de abril.
Eliminación del término "comunismo"
Durante la entrevista, el presidente de la mayor de las Antillas también habló sobre la eliminación del término "comunismo" del borrador de la nueva Constitución cubana y defendió que esto no implica ninguna renuncia.
"El modo de producción al que aspiramos es al comunismo, por lo tanto, comunismo y socialismo están íntimamente relacionados", dijo.
El dirigente hizo referencia a las ideas del filósofo alemán Karl Marx, quien planteó el socialismo como un paso previo a alcanzar la meta de la sociedad comunista, y defendió que "cualquiera de los dos términos implica el otro".
Preguntado por otros temas del proyecto de reforma constitucional que han resultado polémicos en el debate como los límites a la concentración de la propiedad y la riqueza, señaló que la discusión está en lo que "debe estar en la Constitución y qué en las leyes y los procedimientos".
A su juicio es "el debate y la sabiduría popular quien va a decir la última palabra".
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