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La policía ha arrestado, bajo fianza de 7.500 dólares, a Destiny Racquel Green (30 años), una conductora de Uber de Tallahassee, que presuntamente el pasado 19 de septiembre habría intentado secuestrar a Brooke Adkins, una joven estudiante universitaria, a quien recogió en un club nocturno cerca de las tres de la madrugada, y que debía llevar hasta los Edge Apartments, de la citada ciudad de Florida.
A medida que se acercaban, Green habría comenzado a hacer solicitudes "extrañas". Según el raro incidente narrado a la policía por Adkins bajo declaración jurada y posteriormente difundido por varios medios de prensa (aunque con algunas variaciones), cuando Green estaba cerca de los apartamentos, le preguntó a Adkins si podía rodear la cuadra para terminar de escuchar una canción, y la joven estuvo de acuerdo.
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Mientras Green daba vueltas, un oficial de policía de la FSU las detuvo momentáneamente, pero al final las dejó reanudar el viaje. Finalmente pasaron cerca de 25 minutos desde que habían llegado al destino y seguían dando vueltas.
Adkins dijo que le pidió a Green que la dejara salir del vehículo en casi todos los semáforos y que Green continuamente dijo que no, que la llevaba al "hospital".
Fue entonces que llamó 9-1-1 desde el asiento trasero pidiendo ayuda, mientras intentaba escapar. La joven finalmente habría conseguido bajar la ventanilla y saltar con el auto en marcha.
La policía la encontró minutos más tarde en el estacionamiento de Tallahassee Walgreen, según el Departamento de Policía de Tallahassee.
Más tarde Brooke Adkins compartió su experiencia en las redes sociales y publicó fotos en las que mostraba sus manos y rodillas ensangrentadas. La publicación ha sido compartida miles de veces.
"Esta noche me di cuenta que ser secuestrado por un conductor de Uber es 100% real. Estoy tan agradecida de haber salido bien, pero saltar de la ventana de un coche en movimiento y correr en busca de ayuda tiene que ser lo más aterrador que haya pasado. Quiero que las chicas se den cuenta de que esto sucede y de que estén a salvo, siempre".
La Oficina del Sheriff del Condado de Leon ha arrestado y acusado a Destiny Green de dos cargos: detención ilegal y secuestro.
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