Las relaciones hispano-cubanas atraviesan un buen estado de salud

Las relaciones diplomáticas entre España y Cuba, iniciadas en 1902, suspendidas durante 15 años y restablecidas en julio de 1952, se encuentran en buen estado tras pasar por casi todas las etapas, desde la tensión a la colaboración.

Pedro Sánchez y Miguel Díaz-Canel, durante la reunión en Nueva York. © Moncloa.
Pedro Sánchez y Miguel Díaz-Canel, durante la reunión en Nueva York. Foto © Moncloa.

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Redacción Internacional, 25 sep (EFE).- Las relaciones diplomáticas entre España y Cuba, iniciadas en 1902, suspendidas durante 15 años y restablecidas en julio de 1952, se encuentran en buen estado tras pasar por casi todas las etapas, desde la tensión a la colaboración.

La próxima visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la Isla se produce en un clima de entendimiento con el Gobierno de La Habana.


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El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, declaró recientemente que era el momento de la visita de un jefe del Gobierno español, tras la efectuada hace 32 años por Felipe González.

Lejos quedan los momentos difíciles que vivieron las relaciones hispano-cubanos durante la presidencia de José María Aznar, quien planteó y sacó adelante a finales de 1996 una iniciativa en la UE para vincular la cooperación con la Isla a reformas políticas.

Luego, con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno, en marzo de 2004, las relaciones se normalizaron.

Su iniciativa durante la presidencia española de la UE, en el primer semestre de 2010, permitió que la Unión Europea abandonara la "política común", puesta en marcha a finales de 1996 por iniciativa del Gobierno de José María Aznar, y comenzar el camino de la negociación del bilateral Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la UE, suscrito por las partes a finales de 2016.

La última etapa del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero estuvo marcada por la mediación en la resolución del conflicto de los disidentes cubanos condenados en 2003 del "Grupo de los 75", que permitió que entre 2010 y 2011 un centenar de éstos, acompañados de sus familias, recalaran en España.

Los primeros meses del Gobierno de Mariano Rajoy pasaron por una situación tensa como consecuencia del fallecimiento en Cuba del disidente Oswaldo Payá en accidente de circulación, en julio de 2012, cuando el vehículo era conducido por el militante del Partido Popular español, Ángel Carromero. Se resolvió con la entrega a España del político para que cumpliera la prisión a la que fue condenado en Cuba.

El clima de buenas las relaciones entre ambos estados quedaron restablecidas con la visita a la Isla en noviembre de 2014 del ministro de Exteriores José Manuel García-Margallo. En la recta final del año siguiente, España le condonó a Cuba los casi 2.000 millones de euros de deuda.

Se sucedieron visitas a la Isla de ministros para la firma de acuerdos para dinamizar las relaciones bilaterales y preparar las condiciones para un viaje de los Reyes a la isla.

Asimismo, visitaron Cuba el expresidente Rodríguez Zapatero, el rey emérito Juan Carlos para los actos de despedida del fallecido Fidel Castro o la del ministro de Exteriores Alfonso Dastis durante el Gobierno Rajoy en septiembre de 2017.

Dentro de los altibajos históricos en las relaciones entre ambos países tuvo gran repercusión la expulsión en 1960 del embajador español Juan Pablo Lojendio tras unas declaraciones a la televisión respondiendo a Fidel Castro, quien había acusado a la diplomacia española de acoger a religiosos contrarevolucionarios. España no tuvo embajador hasta 15 años después.

En marzo de 1990, el Gobierno español comunicó al embajador de Cuba su malestar por unas declaraciones de Castro cuestionando la legitimidad de la monarquía española y en julio de ese año, 18 cubanos se refugiaron en la embajada española para poder salir del país.

Castro calificó en un comunicado al ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez de "administrador colonialista", por lo que el Gobierno español llamó a consultas al embajador.

A finales de 1996, coincidiendo con las fechas en la que la UE aprobaba la iniciativa de Aznar de la "posición común", vio como Cuba le retiraba el "placet" al nuevo embajador español José Coderch, quien se había mostrado dispuesto a recibir a la disidencia.

De nuevo España no tuvo embajador durante 18 meses.

En marzo de 1999, el Gobierno español aplazó la visita de los Reyes, prevista para el mes de mayo, a raíz de la detención de un grupo de opositores en la Isla. No fue hasta noviembre siguiente cuando los Reyes estuvieron en La Habana para participar en la Cumbre Iberoamericana.

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