Durante la inauguración este domingo del 26 Festival Internacional de Ballet en la Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel evocó la “admiración” y el “respeto” que se profesaron siempre Fidel Castro y Alicia Alonso, quien anoche fue homenajeada de forma especial al cumplirse 75 años de su debut en Giselle y 70 años de creada la compañía de ballet fundada por ella.
En las palabras inaugurales del evento, Díaz-Canel destacó el enorme papel fundacional de la bailarina y coreógrafa, así como su poder de convocatoria para congregar durante décadas en La Habana a destacadas figuras de esa manifestación artística en el mundo.
Díaz-Canel destacó que el Ballet Nacional “es una muestra de lo que es Cuba”, y celebró que sus fundadores, "más allá de grandes artistas, hayan decidido ser grandes cubanos.
A la velada también asistieron Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del PCC en La Habana; Reinaldo García Zapata, presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular de La Habana, así como Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura.
El espectáculo comenzó con el tradicional desfile de bailarines de varias generaciones, desde los que inician su formación ahora hasta las más consagradas figuras de la Escuela Cubana de Ballet.
Este domingo se presentaron dos coreografías de la propia Alicia Alonso, inscritas en el repertorio del Ballet Nacional de Cuba. Ellas son Muerte de Narciso, inspirada en el poema homónimo de José Lezama Lima y una partitura de Julián Orbón; y Sinfonía de Gottschalk, con música de ese compositor estadounidense, que halló fuentes sonoras en la Cuba de mediados del siglo XIX.
También tuvo lugar el estreno de la compañía, Obertura de Glinka, de Eduardo Blanco. La representación de En la noche, por su parte, honró la memoria de su creador, el norteamericano Jerome Robbins, en el centenario de su nacimiento.
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