El Gobierno español desea "mirar al futuro, más que al pasado" en las relaciones con Cuba

Madrid, 23 nov (EFE).- El viaje a Cuba del jefe del Ejecutivo español, el socialista Pedro Sánchez, tiene que servir para "mirar al futuro, más que mirar el pasado", y ser un "punto de arranque" en la amistad de ambos países, dijo hoy la portavoz del Gobierno de España, Isabel Celaá.

Celaá, en rueda de prensa tras la reunión del gabinete, destacó la "apuesta importante" que representa la visita de Sánchez a La Habana, la primera de un presidente del Gobierno español en 32 años, a pesar de "algunas disfunciones" que pueda haber en ciertos ámbitos de la relación bilateral.

"Hay que tomar este encuentro como un punto de arranque. Más que mirar al pasado, tiene que servir para mirar al futuro", deseó la portavoz del Ejecutivo.

Aunque admitió "algunas disfunciones", Celaá subrayó que existe "confianza en las relaciones mutuas" y que la disposición de Cuba es "cumplir con sus compromisos".

Preguntada por la petición de Amnistía Internacional (AI) para que Sánchez defienda avances en la política de derechos humanos en Cuba, la portavoz se felicitó por el acuerdo de crear una comisión en la que se va a hablar de este asunto.

"Va a reunirse con una cierta regularidad para promover el debate, sobre todo, de derechos humanos", comentó, pero no concretó los motivos por los que Sánchez no va a mantener ningún encuentro con la disidencia en su visita a la isla.

Celaá remarcó además la importancia del viaje en el ámbito empresarial con la presencia, junto al presidente del Gobierno, de un buen número de directivos para favorecer oportunidades de negocio en sectores como las energías renovables o la agroindustria.

También apuntó que España puede desempeñar un papel de puente en las relaciones entre Cuba y la UE.

Reiteró además que a Sánchez "le haría gran ilusión" que los reyes visitaran la isla el próximo año con motivo del V centenario de la fundación de La Habana.

Sánchez inició este jueves su visita oficial a Cuba de dos días, muy criticada por la oposición española de centroderecha (PP y Ciudadanos), porque no hay previsto ningún contacto con los disidentes cubanos.