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La necesidad de implementar medidas encaminadas a “rescatar” los conceptos fundacionales del Programa del médico y la enfermera de la familia emergió como uno de los temas principales de análisis durante la segunda jornada de trabajo de la Comisión de Salud y Deporte de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Roberto Morales Ojeda, vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, precisó en el Palacio de Convenciones de La Habana que uno de los objetivos es conseguir que el 70 % de los problemas de salud de la población se resuelva en el sistema de atención primaria, como una forma de aliviar la excesiva carga de las instituciones especializadas.
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Según lo indicado por las autoridades sanitarias que asistieron al debate, uno de los objetivos inmediatos es lograr una estabilidad en el servicio, tema que se convirtió en uno de los grandes dolores de cabeza del Gobierno de la Isla tras el creciente flujo de médicos cubanos a “misiones” cubanas en el extranjero, lo que complicó la cobertura de los más de 11 mil consultorios médicos de que dispone el país.
Según lo anunciado ayer, entre las medidas propuestas para alcanzar una estabilidad en el servicio estaría el establecimiento de un tiempo mínimo de permanencia de los médicos de la familia en los consultorios, que sería de dos años para los especialistas y de tres para los residentes.
Durante su intervención, el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, partió de definir el programa del “médico de la familia” como un “eje estratégico del sistema nacional de salud y garantía de los indicadores que presenta la población cubana”.
Sin embargo, pese al testimonio de muchos cubanos que en su experiencia diaria constatan el déficit de profesionales sanitarios en la Isla, el titular del Salud aclaró que “hoy existen como proporción dos y tres médicos por consultorio médico”, motivo por el cual no ve “razón para que haya un consultorio sin médico y enfermera de la familia”.
Creado en 1984 por Fidel Castro y concebido como un sistema de atención primaria integral, los médicos de familia vivieron su época dorada en la década del 90.
No obstante, en los últimos lustros han vivido una creciente crisis no reconocida por el Gobierno cubano. En enero del 2015 ya se dedicaba una Mesa Redonda a la necesidad de "revitalización" del concepto del médico de la familia, una intención que tres años años después sigue sin haberse resuelto del todo, según se evidencia de lo discutido en la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional de este lunes.
En los últimos años, muchos consultorios médicos en la Isla no solo han padecido el ir y venir de profesionales que en algunos casos no se quedaban por mucho tiempo, sino además el propio estado crítico de las infraestructuras de las llamadas postas médicas, así como la carencia material de insumos que acompaña ya no a los consultorios, sino incluso a los grandes hospitales.
Pese a que la imagen idílica del médico que vivía en su casita en la planta superior de los consultorios médicos ya no existe en buena cantidad de casos, Estela Cristina Luna Morales, presidenta de la Comisión de Salud y Deportes, dio a conocer ayer en cifras algunos de los “logros” del programa este año; entre ellos haber ofrecido “más de 80 millones de consultas; que el 98 por ciento de los niños sean inmunizados y que en 2015 se declarara a Cuba como el primer país en eliminar la transmisión materno-infantil del VIH/SIDA”.
Los principios fundacionales del Programa han permitido que el sistema de salud cubano siga siendo un referente mundial, y contribuya a mejorar la atención sanitaria en otros países, señaló Morales Ojeda a modo conclusivo en una afirmación citada por medios de prensa de la Isla.
Sin embargo, pese a la nota triunfalista que se desliza incluso cuando la idea última es "rescatar" un servicio, no pocos cubanos están conscientes de que, desde hace muchos años, el "médico de la familia" en Cuba está en horas bajas.
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