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CIUDAD DE PANAMÁ, 27 ene (Reuters) - El Papa Francisco pidió el domingo en Panamá una solución "justa y pacífica" para superar la grave crisis que atraviesa Venezuela, donde el líder opositor Juan Guaidó asumió en la semana como presidente encargado desafiando al mandatario Nicolás Maduro.
Además, la máxima autoridad de la Iglesia católica expresó su "firme reprobación" tras el "atentado terrorista" con bombas en una iglesia de Filipinas que mató al menos a 20 personas el domingo.
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El Pontífice pidió a los jóvenes rebelarse e involucrarse en la vida eclesiástica durante una multitudinaria misa, la última que celebró horas antes de terminar su gira de cinco días en Panamá.
En un enorme campo frente al océano Pacífico, ante alrededor de un millón de asistentes, Francisco insistió en que la religión no es "algo pasajero; es nuestra vida", en momentos en que los evangélicos arrebatan los fieles a la Iglesia católica y retroceden los números de sus sacerdotes.
"Los tranquilizamos y adormecemos para que no hagan ruido, para que no se pregunten ni pregunten, para que no se cuestionen ni cuestionen (...) tan solo porque consideramos que todavía no es su ahora, que son demasiado jóvenes para involucrarse en soñar y trabajar el mañana", dijo el Papa.
"Y así los seguimos procrastinando y a muchos jóvenes esto les gusta. Por favor, ayudémosles a que no les guste, a que se rebelen, a que quieran vivir el ahora de Dios", agregó Francisco. "Ustedes, queridos jóvenes, no son el futuro, son el presente".
Centenas de miles de jóvenes peregrinos, que llegaron para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), pasaron la noche cantando y rezando en una enorme explanada en Ciudad de Panamá y, por la mañana, se cubrían del abrasador sol con las banderas de sus países mientras oían la misa celebrada por el Papa.
A la ceremonia también asistieron el presidente del país, Juan Carlos Varela, y los mandatarios de Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Portugal.
El sábado, el primer Papa latinoamericano reconoció que la Iglesia se encuentra "herida por su pecado" en medio de un torrente de escándalos de abusos sexuales. Francisco llegó a Panamá el miércoles para la JMJ, un evento trienal que reúne al máximo jerarca de la Iglesia con jóvenes de todo el mundo.
Desde que el Obispo de Roma asumió como el primer Papa latinoamericano en 2013, diversos escándalos han golpeado la imagen de la iglesia con mayor número de fieles en el mundo.
Durante su gira, que termina la tarde del domingo, el Papa visitó una cárcel de menores, abogó por los migrantes y condenó la violencia y la "plaga" de feminicidios en Latinoamérica, una región que apenas alberga al 9 por ciento de la población mundial, pero donde se comenten el 39 por ciento de todos los homicidios del planeta.
Antes de partir, Francisco visitará un hospicio para enfermos de sida.
Reporte adicional de Philip Pullella.
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