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Según el último informe de la Defensa Civil, el colapso el pasado 25 de enero de la represa minera en la ciudad de Brumadinho, en Brasil, ha dejado 134 muertos y 199 desaparecidos.
El viernes 25 de enero se rompió la represa - con capacidad para almacenar cerca de 460 pies cúbicos de residuos ferrosos y agua- y un río de lama destruyó casas y establecimientos y acabó con la vida de muchas personas en la ciudad de Brumadinho, en el estado de Minas Gerais.
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Greenpeace Brasil dijo que la “avaricia corporativa” de Vale y “la omisión e ineficiencia” del gobierno brasileño eran culpables del incidente de 2015 en Mariana y el último en Brumadinho.
“No estamos lidiando con un accidente, sino con un crimen contra las personas y la naturaleza. ¿Cuántas vidas todavía tenemos que perder [hasta que] el estado brasileño y las compañías mineras aprendan de sus errores?”, dijo en un comunicado el director de Campañas de Greenpeace Brasil, Nilo D’Ávila.
Asimismo, la Justicia ha embargado al menos $3.260 millones de las cuentas de Vale para garantizar el pago de las indemnizaciones a las víctimas y los daños provocados.
Se ha informado que las labores de rescate desde el momento del incidente han sido muy complicadas, incluso se vieron suspendidas durante las últimas horas debido a las intensas lluvias de estos días.
El teniente Pedro Aihara, el portavoz de los bomberos, dijo que la posibilidad de encontrar supervivientes es "mínima" y es posible incluso que algunos cuerpos no sean recuperados del mar de lodo, que en algunas zonas llega a los 65 pies de altura.
Por su parte, la minera Vale dijo que cerrará todas las represas construidas con el mismo método que la de Brumadinho, o sea, a partir de los propios residuos y de la tierra de la zona.
Este incidente sucede justo luego de tres años, cuando se produjo un accidente similar en el municipio Mariana, también perteneciente a Minas Gerais, donde varios diques de la minera Samarco se rompieron, causando la muerte de 19 personas y provocando un caos ambiental.
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