El reconocido escritor cubano Leonardo Padura destacó la necesidad urgente de cambios socio-económicos en su país, y alabó la decisión del Gobierno de suspender la aplicación del Decreto 349, la más reciente herramienta legal del régimen para censurar y reprimir el arte independiente.
En una entrevista concedida en La Habana al sitio web latercera.com, el Premio Princesa de Asturias explicó que dicha norma jurídica no está dirigida a regular la creación artística en la Isla, sino a controlar la difusión de los productos culturales, lo cual es una equivocación.
“Se ataca a la consecuencia y no a la causa, que no se va a eliminar por ningún decreto... Espero, espero, que la inteligencia no abandone a ciertos funcionarios del Estado, y no pongan en práctica ese decreto y lancen un gesto de comprensión, que públicamente los beneficiaría mucho más que aparecer como defensores del control y la censura”.
Padura se encuentra en Cuba para presentar Agua por todas partes, de la editorial española Tusquets, que compila ensayos y artículos escritos durante 20 años y que próximamente se pondrá a la venta en la Isla y en España.
En el volumen, el autor de novelas policíacas aborda algunas de sus obsesiones, como el arte de redactar novelas, la vida de un escritor en Cuba, el drama del exilio, entre otras.
“Soy un escritor cubano que vive y escribe en Cuba porque no puedo ni quiero ser otra cosa, porque (y siempre puedo decir que a pesar de los más diversos pesares) necesito a Cuba para vivir y escribir”, confesó.
“Oigo los ruidos de la calle, pero no me afectan. La música sí, me distrae, y mis vecinos a veces me agreden con un reguetón a todo volumen. Como si uno estuviera jugando en la computadora, ¿no?”, añadió.
A sus 62 años, Padura suele escribir seis horas diarias, entre las 7.30 am y la 1 pm. Bebe mucho café y fuma cuatro cigarros al día, en dos tandas cada uno.
Actualmente trabaja en una nueva novela, en la que describe la emigración cubana de los años 70 y 80.
“Todos los países y sociedades han sufrido el estigma de los estereotipos, pero en Cuba ha sido francamente exagerado. En Cuba la industria turística es una creadora incontenible de estereotipos, igual que muchos discursos políticos. Entre esa industria y los discursos, está la Cuba más real y que yo trato de llevar a mi literatura”, afirmó.
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